¿Hasta donde podían llegar nuestros sueños? Desde la explosión de la economía española y su desarrollo indiscutido, nos habíamos olvidado de lo que era sufrir una fuerte crisis en carne propia.
Desde aquellos tiempos difíciles olvidados, los españoles vivimos plagados de desarrollo inmobiliario, financiero, con buenos índices de empleo e inversión.
Sin embargo ahora nos envuelve la sensación de que lo bueno dura poco, y es tiempo de ajustarnos el cinturón.
El acceso a la vivienda propia parece estar cada vez mas lejos, diría que, casi inaccesible.
Los datos de la realidad marcan que las familias españolas no podrán, por el momento, conseguir que una institución financiera les otorgue un préstamo hipotecario.
Hoy, la mayoría de las hipotecas que las entidades ofrecen son a tipo variable, y en las últimas semanas, una gran parte de la banca ha decidido elevar el diferencial, encareciendo el precio de las ofertas.
La respuesta está en el mercado, muy pocas entidades ofrecen diferenciales inferiores a los 30 puntos básicos sobre el euríbor (sólo uno-e, Caja Duero o Deutsche Bank).
Según explican los funcionarios bancarios, quienes están sufriendo la suba de las cuotas mensuales son los que formalizaron sus hipotecas entre 2003 y 2005, con un euríbor por debajo del 3%.
Entonces, aquellos desafortunados que deban revisar su hipoteca con el euríbor de junio (el máximo histórico del 5,361%) deberán que pagar 72 euros más cada mes de lo que venía pagando en el último año.
Sin embargo, el mercado hoy se divide entre quienes ya han accedido a las hipotecas y soportan el aumento de las cuotas y aquellos que todavía no han obtenido el crédito bancario.
Estos últimos sobrellevan a diario la negativa del sistema financiero que ha decidido endurecer su postura y demanda condiciones que la mayoría de las familias no puede cumplir.
Además, la financiación ha caído, y la mayoría de los bancos solo reconoce hasta el 80% del valor de tasación, para acceder a valores por encima de este porcentual, obligan a quienes acceden a contratar un seguro de protección de pagos.
En fin lo ultimo que se pierde es la esperanza… una vez mas…