¿Conoces las consecuencias de la deflación?

Durante muchos años, el problema de la inflación ha sido un quebradero de cabeza para gobiernos, países, instituciones e inversores. Pues ahora parece que el problema es el contrario. La deflación o bajada generalizada de los precios. A ojos del consumidor es una buena noticia ya que eso supone pagar menos por bienes y servicios, pero no hay que olvidar que puede afectar a muchas otras variables.

Desde el año 2008, la deflación en la zona euro ha sido increíble, y cuando parecía que remontaba en el año 2012, vuelve a caer, eso si no a niveles tan bajos como en 2009, pero casi. Una tasa de variación de precios que lleva en continua bajada desde hace más de 3 años. En el siguiente gráfico podemos ver claramente esa bajada, y el pico que hubo en el año 2008 justo antes de la caída en picado.

deflación

La deflación es ahora un problema que puede terminar en desastre. Sin embargo, conforme esto siga así se exprime a la economía y cambian las actitudes de consumidores y empresas sobre el gasto y la inversión. Si no se hace algo y se resuelve esto podría ocasionar trastornos que durarían años. Sin ir más lejos, esta deflación influye de forma directa en la deuda, el gasto de los consumidores, la inversión empresarial y en la política del BCE.

La deflación, junto con los problemas económicos que suelen acompañarla es totalmente negativa para la población, a pesar de que estos piensen lo contrario y es probable que debilite el euro mucho más. Los únicos que ganan con esta situación son los inversores de bonos, ya que estos mejoran en rentabilidad. Cuando hay deflación, y los precios caen, la deuda y todos los instrumentos financieros de dólares, que además no se ajustan a esta deflación, son cada vez más valiosos. El pago de las deudas, préstamos o bonos, se hace más difícil ya que los precios van cayendo y aumentan su valor.

Esto podría arreglarse con unas tasas de interés por debajo de cero, ajustándose así a la deflación. Los deudores puede tener aún más dificultades para pagar, y los prestatarios huyen por el alto coste de la deuda. Muchos sectores sufren por la limitación del crédito, en el que la vivienda lógicamente sería de los más perjudicados.

Cuando los precios caen, el dinero se vuelve más valioso porque la misma cantidad de euros compra más, es decir, aumenta el poder adquisitivo de los consumidores. Son incentivos para gastar o invertir  por parte de los consumidores y las empresas reconocen que es más fácil y más seguro dejar el dinero en el banco y ver como se aprecia su valor. Con el tiempo la economía se desequilibraría del todo.

La continuidad de la deflación supone también un grave problema para el BCE, y se espera que pronto tome medidas. La oferta de bonos es mucho más reducida que la que tenía la FED en EEUU, lo que hace difícil encontrar un programa que equilibre todos estos factores. Por otro lado, en Alemania no están dispuestos a rescatar a los países, sobre todo el miedo a una inflación futura (desde la hiperinflación no quieren ni oír hablar de ello). Seguramente el BCE realice unos cambios rápidos y agresivos, y cuando antes mejor ya que las posibilidades de éxito para combatir la deflación y evitar la recesión sin estímulo fiscal son prácticamente cero.