Con fecha límite para su sentencia, gracias a la complicidad de las agencias de calificación, el Gobierno de los Estados Unidos se encuentra en veloces tratativas para alcanzar un acuerdo y con ello elevar el límite de endeudamiento antes del 2 de agosto. Desde dicha fecha, Estados Unidos ya no podrá cumplir con sus obligaciones crediticias.
Bien sabemos que sería un atentado a la política económica dejar caer al gigante, ¿pero qué sucedería si no se llega a elevars el límite de deuda de 14.3 billones de dólares? Estamos hablando, cuando decimos esta cifra, del techo legal que determina la cantidad de dinero que el país puede pedir prestado donde se encuentra el país desde el 16 de mayo.
Claramente, no podemos decir a ciencia cierta, que es lo que pasará. Muchos podrían decir que se puede hacer una comparación con hechos del pasado, ante lo cual se diría que no existe precedente histórico para saber lo que ocurrirá si Estados Unidos deja de pagar parte de sus obligaciones de deuda pendiente. Sin embargo, cae de maduro que las consecuencias no serán buenas.
No queremos ser alarmistas, pero sólo con las palabras del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, el resultado sería una «enorme catástrofe financiera». Las agencias calificadoras, por su parte, ya han señalado que pueden degradar la calificación crediticia triple A de Estados Unidos.
Sin embargo, la pregunta clave es, dado que lo más importante es el pueblo ¿cómo afectará a la población un default? Entre muchas cosas, destacamos:
- Pagos gubernamentales: según se estima, el gobierno podrá mantener los pagos de cerca del 60% de sus facturas, y dejará de pagar el restante 40%. En este sentido, quien dependa de un cheque gubernamental (como por ejemplo un cheque asistencial o salarial) podrías formar parte del 60 o del 40% según tu suerte a partir del 2 de agosto. Sin embargo, los legisladores están buscando la forma de dar prioridad a los que deben recibirlo. Así, la iniciativa de ley busca que el gobierno dé prioridad a los sueldos del Ejército y a los pagos de su deuda. Lamentablemente, Seguridad social y los desempleados fuera del 60%…
- Tasas de interés: tras el default, que no quepa la menor duda de que van a subir las tasas de interés. Así, se cobrarán más intereses por las tarjetas de crédito, las hipotecas de viviendas, los créditos automotrices y los préstamos estudiantiles, entre otros. Con esto se bajará la capacidad de endeudamiento de las familias, y podría reducir seriamente la inversión empresarial, lo que se traduce en menos contrataciones.
- Nuevamente la recesión: el punto clave es la duración del default. Si esta situación dura más de algunos pocos días Estados Unidos volverá a caer en recesión. Tras esa situación, aparecerá un recorte sin precedentes en el gasto gubernamental, con una caída del 40% en el gasto del gobierno, que equivale a cerca de 10 u 11% del PIB.
Otras de las consecuencias, que también afectarán al pueblo, es un derrumbe del mercado accionario, a consecuencia de una pérdida de confianza en el gobierno estadounidense.
Seguramente, como siempre ha ocurrido, salga adelante, pero el tema clave es que todo acuerdo va a paso muy reducido en Washington. La semana pasada, Barack Obama solicitó respuestas rápidas a los líderes del Congreso aunque nada raro sería que estos las den en la medianoche del 2 de agosto.
Imagen: Financialred
guerra civil contra los mas ricos