¿Qué debo tener en cuenta a la hora de contratar una hipoteca? Consejos
Independientemente de la edad que tengamos, lanzarse a firmar una hipoteca es uno de los momentos más importantes en la vida de cualquier persona; por los riesgos que puede entrañar y, sobre todo, por la duración del contrato, ya que, en la mayoría de los casos supera los diez años.
En primer lugar, antes de contratar una hipoteca, lo más importante es conocer las distintas tipologías de estas, que explicamos a continuación.
Tipos de Hipotecas:
Aunque todos los bancos tienen sus modelos propios, hay dos grandes grupos de hipotecas: hipotecas fijas e hipotecas variables. Es conveniente informarnos sobre estas variables de hipotecas para, de un primer vistazo, ver cual es la que más nos conviene.
Aunque tengamos todo claro, estaría bien dar un repaso a los siguientes consejos antes de, como se dice vulgarmente, casarnos con el banco:
1- Conocer las variables de una hipoteca: a pesar de lo que pueda parecer, el mundo de las hipotecas es muy amplio, y aunque el banco nos haya aconsejado un único modelo seguramente, es bastante probable que éste no sea el mejor para nosotros de cara a un futuro lejano que, en cuestión de firmar una hipoteca, siempre hay que tener en cuenta.
2- Consulta un especialista del campo: siempre, antes de firmar cualquier contrato, es conveniente acudir a un especialista del sector, y como estamos en nuestro derecho de tener el contrato hipotecario en nuestras manos tres días antes de firmarlo, podemos mirarlo detenidamente y, en este caso, acudir a un notario de nuestra elección o un abogado de confianza. El notario no nos va a decir si debemos o no debemos firmar el contrato, pero sí nos lo explicará con pelos y señales, ya que entiende toda la jerga jurídica y contractual que a un usuario medio que no domina el campo se le tiende a escapar.
3- Tener en cuenta ciertos gastos colaterales: uno de los gastos asociados a la hipoteca más habituales son las comisiones, y dentro de este campo «la comisión de apertura» suele ser la más común, y ronda el 1%. Otras comisiones nos afectarán más a largo plazo, y deberíamos informarnos sobre ellas e intentar evitarlas, como son las cuotas de novación (cambio de las condiciones durante el pago de la hipoteca) y subrogación (modificación de la financiera). A favor de las entidades online hay que decir en este apartado que no suelen tener este tipo de comisiones, pues al trabajar sin sucursales, pueden reducir ciertos tipos de gastos de cara al cliente.
También hay que tener en cuenta los gastos asociados, los cuales debemos acordar. Entre ellos están, por ejemplo: los costes de la gestoría o la tasación de la vivienda. Otros tipos de gastos son los fiscales, cuyo máximo referente es el denominado «IAJD» (Actos Jurídicos Documentados), un gasto que supone entre el 8% y el 12%, por lo que debemos tenerlo muy en cuenta. Especial atención merece la denominada «cláusula suelo» que, aunque se ha declarado nula en multitud de ocasiones, hay entidades que aún la incluyen en sus contratos.
4- Grado de vinculación con la entidad: por norma general, al contratar la hipoteca con el banco, éste nos ofrecerá ciertos descuentos a cambio de domiciliar la nómina con ellos, o contratar diferentes seguros, por ejemplo. Tan sólo debemos adquirir uno de manera obligatoria, y éste es el de daños (y tampoco estamos obligados a contratarlo con la entidad que firmamos). Suelen ser tratos favorables al cliente, pero hay que mirarlos detenidamente, porque no siempre son beneficiosos a largo plazo ni para todos es conveniente un plan de pensiones o de estudios, por ejemplo.
5- Contratar un gestor: una consulta de gestoría no nos va a suponer mucho gasto en comparación a todos los dolores de cabeza que nos puede ocasionar firmar una hipoteca que no nos convenga; es más, puede solucionar la mayoría, si no todos, los problemas que se han descrito anteriormente. Analizará nuestro perfil económico y nos dirá que es lo que más nos conviene, cual sería nuestra mejor cuota mensual etc, aspectos en los cuales el notario no entraría, ya que él sólo se limitará a analizar el contrato.
6-No seas impulsivo/a: como ya hemos dicho, el contrato hipotecario nos ata a muchas responsabilidades durante muchos años, pero, sobre todo, nos ata a un lugar geográfico específico. Tenemos que estar muy seguros de que nuestro trabajo y entorno social ya es estable en el lugar dónde queremos efectuar la compra y, en el caso de tener pareja, aclarar bien las responsabilidades en el contrato. Una vez firmemos, es muy difícil la vuelta a atrás, y toda precaución es poca.
Comparador de hipotecas de Kelisto.es
Una manera sencilla de hacernos a la idea de nuestra hipoteca según el inmueble que queramos adquirir, es utilizar un simulador de hipotecas como el de Kelisto.es, pues nos permite hacernos a una idea de nuestra hipoteca en base a nuestros deseos y salario esperado en los próximos años, nos informará del dinero abonado como intereses en función a nuestra cuota y muchos aspectos más a tener en cuenta cuando firmamos este tipo de contrato.
Autor artículo / Fuente de la imagen: Manuel Garrote Franco/Pixabay