“Si no estás en internet, no existes”. Probablemente esa frase la hayas escuchado de manera recurrente de un tiempo a esta parte. Y es que, aunque suena apocalíptica, es la pura verdad.
Basta pensar en el día a día. Cuando quieres tener información sobre algo, lo buscas en internet, te hablan de una tienda y entras en su página web, quieres cambiar de compañía eléctrica y te vas a un comparador…
Internet está muy dominante en nuestras vidas y más durante el último año en el que los negocios han tenido que digitalizarse para seguir existiendo y ofreciendo su experiencia de compra a sus clientes, los potenciales y los de siempre.
Así que sí, quizá sea cierto eso de que “Si no estás en internet, no existes”. Tomar la decisión de existir ya es el primer paso para empezar a hacerlo.
Lo primero, cómo no, es crear una página web. Esta no deja de ser la tarjeta de visita de tu empresa o tu negocio, el primer contacto con el cliente y como tal no puede dejarse al azar. Los consumidores cada vez son más volátiles y más difíciles de fidelizar, por lo que, durante un tiempo tendrás que concentrarte solamente en que los clientes potenciales no se vayan de tu web y el porcentaje de rebote sea el menor posible.
Pero empecemos desde el principio, ¿qué es lo que hay que tener en cuenta a la hora de hacer una web?
- Dominio. La disponibilidad de un dominio que te represente es un aspecto importante ya que tus clientes deben buscarte (¡y encontrarte!) fácilmente. Juega con los guiones si es necesario, pero hazte reconocible.
- Diseño de la web. Cuanto más limpio, mejor. Estéticamente debe casar con tu imagen corporativa. Es decir, si tu color corporativo por excelencia es el verde, no tendría sentido que en la web el color que predominase fuese el azul. Si, por el contrario, no tienes imagen corporativa porque estás empezando, es momento de reflexionar sobre ello.
- Arquitectura y usabilidad. Una página web ha de ser intuitiva. Esta palabra quizá ya esté manida al hablar de webs, pero la realidad es que es fundamental para evitar que el usuario se marche. El menú con sus secciones deben ser sencillos y el usuario debe navegar fácilmente accediendo a las distintas opciones con el menor número de clics posible.
- Calidad de las fotos. Si vas a poner una tienda online, además de tener cerrado el tema de la pasarela de pago y tener bien visibles las condiciones de entrega y devolución, es importante que las fotos de los productos sean de buena calidad. Así como tendrías la tienda física ordenada, debes tener también tu tienda virtual.
- Textos claros. Seguro que habrás oído hablar del posicionamiento natural. Cuanto mejores sean tus textos y más palabras clave encierren, mejor será su posición en Google.
- Presupuesto. Gracias a internet, nunca mejor dicho, tener una página web puede estar al alcance de todos ya que existen planes muy convenientes que mezclan diseño, dominio y hosting mientras te asesoran si lo necesitas.