Junto con el desempleo, la corrupción se ha erigido como una de las mayores lacras de nuestra sociedad. ¿La habrá fomentado la crisis?. Podemos citar rápidamente varios escándalos desde que comenzará la democracia, pero no hay duda, de que en los últimos años, cada vez parecen ser más frecuentes y tocar esferas cada vez más altas, pues no se libra ni el Gobierno, ni la Casa Real. Ante esto, como no, el malestar ciudadano cada vez a niveles más altos.
Según el Barómetro de enero realizado por el CIS, más de la mitad de los encuestados afirman que la situación económica de nuestro país es muy mala y esta peor que el pasado año (65.9). Culpables innegables a partir de las respuestas de los encuestados:
– El desempleo (81.1). En estos momentos, es la causa que mayor malestar genera entre los españoles, y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que más de la cuarta parte de la población no tiene trabajo y si lo tiene, teme perderlo.
– Los políticos en general, los partidos y la política (30.3). Las políticas del Gobierno se muestran incapaces de poner freno a las nefastas consecuencias de la crisis, e imponen ajustes insostenibles, mientras se suceden los escándalos de corrupción entre sus filas.
– La corrupción y el fraude (17.7). Alcanzando cifras alarmantes y ante las que los ciudadanos cada vez más, aumentan su malestar y desconfianza ante su clase dirigente.
Ya tienes las tres claves de la ecuación del malestar. Y es que una mayoría notable (35.3), son conscientes de que la gestión que está llevando a cabo el ejecutivo de Mariano Rajoy es muy mala, y eso, cuando todavía no les había estallado el escándalo del Caso Bárcenas y sus supuestos pagos en B, que el extesorero popular repartía entre sus colegas de partido.
Al 53.7, Mariano Rajoy no les inspira ninguna confianza, y es lógico, pues la transparencia no parece ser su mayor virtud, y opta por hacer mutis por el foro como respuesta. La prueba: la última sesión de control al gobierno en la que no se pronuncio sobre el escándalo que le estalló una semana antes en las manos. Ante esto, nosotros nos preguntamos ¿Para qué sirve una sesión de control al Gobierno, señor presidente?.
“Hay que votar”, “las elecciones son síntoma de una sana democracia”, nos dicen. Pues, parece que el 21.5 no lo percibe así. ¿Cuál es la alternativa?. Parece no haberla, pues al 49.0, el principal líder de la oposición, Alfredo Peréz Rubalcaba, tampoco le inspira ninguna confianza.
Nuestra recuperación económica pasa por un aumento de la confianza de los inversores en las posibilidades de nuestro país, así como de los españoles en su economía y política. Pero difícilmente lograremos que depositen confianza, pues desde los medios extranjeros también se hacen eco de esos escándalos y fraudes que tenemos que asumir los españoles con recortes y sin verdaderas explicaciones.
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