Crowdfunding: qué es, que clases hay y por qué está creciendo tanto

Dentro de las nuevas herramientas financieras que la tecnología ha traído consigo en los últimos años, el Crowdfunding es probablemente una de las de mayor difusión y versatilidad.

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A ello corresponde el hecho de tratarse de un modelo de financiación alternativa muy diferente a los modelos convencionales, y que, plantea premisas muy interesantes tanto para quien busca financiación como para quien desea otorgarla, que van desde las recompensas hasta la rentabilidad, además de la propia filantropía que puede suponer una donación.

Vamos a repasar que es el Crowdfunding, y para ello lo mejor es conocer los diferentes tipos que existen:

De donación

Es probablemente el primer modelo que conocimos. Con el inicio de los primeros pasos de la economía colaborativa apareció también esta manera de financiar proyectos.

Se trata de un modelo en el que, cuando aportamos dinero, no esperamos recibir ningún tipo de recompensa. Se trata de manera directa de una donación colectiva a un proyecto. Es por ello que, en general, este tipo de aportaciones se destinan a proyectos sociales, o de alto impacto humano. Un buen ejemplo lo podemos tener en campañas puntuales de recaudación de dinero para ayuda humanitaria en casos de desastres naturales.

De recompensa

La evolución natural del anterior modelo es el Crowdfunding de recompensa. La diferencia fundamental es que, en este caso, cuando aportamos dinero recibimos una contraprestación.

Esta contraprestación puede darse en forma de un producto o servicio que, sea el objetivo final del proyecto. Un buen ejemplo de esto lo podemos obtener en las campañas de financiación de proyectos artísticos, discográficos, videojuegos…

Se trata de un modelo que ha ido creciendo de manera exponencial en los últimos años. Con lo cual, las recompensas se van sofisticando y, generalmente, se trata de mejoras sobre el producto final que el financiado va a lanzar al mercado.

De inversión

Con el Crowdfunding de inversión entramos de manera directa en el mundo de las inversiones.

En este caso, aportamos nuestro dinero y a cambio obtenemos participaciones en el capital social de una empresa que busca financiación. Cuando el proyecto se pone en marcha, el inversor, según los plazos, va obteniendo la rentabilidad.

Obviamente aquí hablamos ya de un modelo de inversión en el cual el análisis de los proyectos debe ser exhaustivo. Del mismo modo, la confianza en las plataformas que nos propongan la inversión debe ser amplia. Si en los anteriores modelos podíamos dejarnos guiar más por la solidaridad, o por los gustos, en este caso debemos movernos como inversores. Esto significa que preservamos nuestra inversión buscando obtener rentabilidad.

Crowdlending

Existen ciertos debates sobre si el Crowdlending puede considerarse Crowdfunding o si se tratara de un término en sí mismo. Y ambas cuestiones pueden ser verdad. Es cierto que ambas figuras parten del concepto de economía colaborativa, y que se basan en una financiación colectiva. En este caso, de las necesidades de financiación.

Este modelo, cuando aportamos dinero a la solicitud de financiación de un tercero, se nos ofrece una rentabilidad en forma de intereses. Es decir, aportaríamos una cantidad determinada y recibiríamos la inversión inicial más la suma de los intereses.

En este modelo ambas partes obtienen un beneficio notable. Por un lado, el que invierte obtienen rentabilidades superiores a la media del mercado, además, con una ratio de morosidad muy bajo y con garantías de seguridad elevadas. Por otro lado, quien busca financiación obtiene dicha financiación a un precio también más favorable que el de la financiación tradicional.

Se trata de una de las figuras de inversión con mayor ratio de crecimiento en los últimos años.

Crowdfactoring

Es un poco menos conocido que los anteriores, pero, también podemos considerarlo sin duda un tipo de Crowdfunding.

En este caso, nuestra aportación de dinero nos será devuelta con unos intereses que, serán pactados de antemano con las empresas receptoras. Se propone de este modo un modelo en el que las empresas obtienen una fórmula alternativa para el descuento de pagarés. Esto hace que dichas empresas tengan una fuente de financiación barata para los créditos comerciales pendientes de cobro. Aunque puede darse en diferentes escenarios, el grueso de estas operaciones se realiza en pymes, y puede ser muy interesante para su desarrollo.

Del mismo modo que ocurre en las dos anteriores fórmulas, no debemos olvidar que se trata de modelos de inversión, y que, por tanto, es necesaria la confianza en las plataformas en las que vamos a realizar nuestras aportaciones. Pero, también, el acceso a información lo más exhaustiva posible sobre el destino de nuestra inversión, tal y como haríamos con cualquier otro vehículo de inversión