Antes que nada, quiero dejar en claro qué se entiende por secreto bancario. Es una práctica que consiste en la protección otorgada por los bancos e instituciones financieras a la información de los depósitos de sus clientes. Es decir, que toda esta información forma parte de la privacidad de los clientes. Si no existiese, cualquier persona podría solicitar información sobre los movimientos de las cuentas de una persona.
Pero hasta los más conservadores y “liberales” del sistema financiero han abierto las puertas a quien tenga dinero en mano. El Gobierno alemán podría comprar una polémica lista que contiene datos de 1.500 evasores fiscales que depositaron su dinero en bancos suizos. Y el precio no es nada barato, los datos le costarán 2,5 millones de euros. Es decir, 1.666 euros por cada cliente.
Según funcionarios alemanes, la operación se llevará a cabo de igual manera que dos años atrás, cuando se autorizó a los servicios secretos BND comprar listas de Liechtenstein.
No obstante, autoridades suizas critican fuertemente la operativa ya que fomentaría al tráfico ilegal de datos; pese a ser un trabajo constructivo para el mundo en general. Claro está que, Suiza no quiere perder su fama del lugar más secreto el mundo, el cual ha albergado a los más grandes traficantes de toda clase de bienes ilegales.
Por su parte, el jefe del Sindicato Alemán de Policía (GdP), Konrad Freiberg, asegura que comprar dichos datos será para que los evasores dejen de vivir a costa de la sociedad. Y, que a veces se necesitan de fuentes oscuras para esclarecer algunos casos (haciendo referencia al CD portador de las listas).
Hasta ahora no se conoce con exactitud a qué bancos suizos afectará la jugada germana. Pero, al igual que en 2008, los servicios secretos podrán comprar a un informante el CD con datos de evasores fiscales.
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