Una de las cosas que se esperan en el proceso de recuperación tras la salida de la pandemia de coronavirus es un aumento la matriculación de vehículos, directamente relacionado con un aumento la venta de vehículos nuevos. Esto implica, generalmente, también un aumento en el parque de vehículos de segunda mano a la venta.
Uno de los aspectos clave del mercado de vehículos de segunda mano es la valoración de los vehículos. Y, para dicha valoración, la devaluación del valor del automóvil es un elemento clave.
Hay que tener en cuenta que, pocos bienes tienen un nivel de devaluación de valor tan elevado como el que generalmente presentan los vehículos. Por ello, es conveniente comenzar a revisar el valor del coche que deseamos vender de segunda mano y las claves que influyen en dicho.
Qué factores influyen en la devaluación de un vehículo
No incluye un único valor ni clave a la hora de clasificar la devaluación de un vehículo si nos planteamos tratar de calcularlo de manera sencilla es cierto que vamos a encontrar tablas ya hechas de antemano que nos van a recomendar uno u otro precio, sin embargo, y para no estar perdidos ante estas recomendaciones hay una serie de parámetros que tenemos que poner sobre la mesa durante de la valoración.
Una buena manera para hacer esto, al margen de los comparadores automáticos, es acercarse a una oferta de un vehículo similar al nuestro, controlar sus características y su precio, y en función de eso contrastarlo con los siguientes parámetros que podrán aumentar o reducir ese precio de venta; desde luego esto no es algo infalible, pero nos puede acercar bastante a un precio realista
Por supuesto la antigüedad del vehículo resta, cada año supone una devaluación que en algunos modelos de vehículo en curso se convierte en exponencial, a esto también hay que sumar el kilometraje obviamente una combinación de antigüedad y mucho kilometraje baja sensiblemente el precio; sin embargo, un vehículo de hasta tres o cuatro años no se va a devaluar tanto por tener más kilómetros de la media esperada como un vehículo de siete años lo hará por tener menos kilómetros de la media esperada; así que efectivamente la antigüedad es un grado, por encima incluso del kilometraje.
El tipo de motor del vehículo, y el consumo obviamente pueden influir a la hora de sumar o restar valor a nuestro vehículo, habitualmente los vehículos de gasoil presentan una devaluación menor que los vehículos de gasolina, de la misma manera, determinadas marcas, tienen una menor devaluación que otras.
El estado general del vehículo es otro elemento que puede sumar o restar, un vehículo que presenta unas buenas condiciones exteriores e interiores, tiene otro punto a sumar en relación a un vehículo mal cuidado, del mismo modo, los extras funcionales pueden añadir valor por supuesto al vehículo, mientras que la ausencia de elementos hoy en día ya asumidos como habituales puede restar.