A los problemas laborales surgidos a través de la historia, se sumó desde hace algunos años el acoso psicológico, también conocido como mobbing.
De origen inglés, la palabra “mobbing” identifica al daño psicológico que recibe un empleado víctima de un comportamiento abusivo durante un largo período. Y lo de “largo período” se aclara porque este acoso no debe confundirse con discusiones propias y puntuales de trabajo.
Así, estas personas sufren de hostigamiento, acciones contra su dignidad, humillaciones, ataques hacia su vida privada y, en algunos casos, agresiones verbales o amenazas.
Los principales acosadores suelen ser jefes de mandos intermedios que en su mediocridad y afán de mostrar poder atacan a sus subordinados, (generalmente teniendo algún problema personal con ellos) con el objetivo de que sus víctimas abandonen su empleo y se vayan de motu propio. No obstante, esto sucede en el 66% de los casos, y en el 33% restante se da entre pares.
Un estudio del año 2006 realizado por la Universidad de Alcalá de Henares estimaba que el 16% de la población activa española (unos 2,4 millones de personas) se consideraban víctimas de mobbing en ese momento, y se calcula que en la actualidad ha aumentado enormemente, siendo mujeres menores de 30 años la mayoría de las afectadas.
Insomnio, stress, depresión y hasta manifestaciones físicas, como parálisis de miembros, son algunas de las consecuencias que sufren las víctimas de este tipo de acoso.
En muchos portales sobre el tema ofrecen consejos para salir adelante cuando uno es una víctima, y los más importantes son:
1-Reconocer el problema, entendiendo el damnificado que no tiene por que soportar el daño que se le hace; y
2-Denunciarlo, ante la empresa, organizaciones, el sindicato o los abogados especializados en el tema.
Según la web acoso escolar, las siguientes 12 afirmaciones indican mobbing, y si Ud. puede marcar que sufre más de la mitad de ellas, está siendo víctima de acoso psicológico.
1. Asignarte trabajos sin valor o utilidad alguna
2. Rebajarte asignándote trabajos por debajo de tu capacidad profesional o tus competencias habituales.
3. Ejercer contra ti una presión indebida o arbitraria para realizar tu trabajo
4. Desvalorar sistemáticamente tu esfuerzo o éxito profesional o atribuirlo a otros factores o a terceros.
5. Evaluar tu trabajo de manera inequitativa o de forma sesgada.
6. Amplificar y dramatizar de manera injustificada errores pequeños o intrascendentes.
7. Menospreciarte o menoscabarte personal o profesionalmente.
8. Asignar plazos de ejecución o cargas de trabajo irrazonables.
9. Restringirte las posibilidades de comunicarte, hablar o reunirte con el superior.
10. Ningunearte, ignorarte, excluirte o hacerte vacío, fingir no verte o hacerte «invisible»
11. Interrumpirte constantemente, impedir que te expreses y avasallarte.
12. Intentar desmoralizarte o desanimarte.