Aquellos que siguen el mercado de los depósitos han visto que las últimas ofertas «tentadoras» radican en imposiciones a largo plazo que llegan hasta los 5 años. Sin embargo, este tipo de productos no terminan de seducir a los españoles, a pesar de ofrecer las rentabilidades más seductoras.
Atrás ha quedado la lucha por captar pasivo a corto plazo (no superaba el año de plazo). Ahora, con los continuos recortes en los tipos de interés que promulga el BCE (se mantienen en el 1%), han llevado a pisos históricos en las remuneraciones de los depósitos, quitándoles atracción.
Cada vez, una mayor cantidad de bancos y cajas de ahorro ofrecen estos depósitos con plazos que oscilan entre 18 y 60 meses con una rentabilidad que puede variar entre el 1% y el 4% (Caja Madrid, Sabadell, Popular, Santander, Openbank, Caixa Galicia, Caja Cantabria, CAI, Cajasol, Caja de Burgos, CAM, Caixa Penedes y Kutxa).
Entre sus efectos positivos, estos depósitos ofrecen buenos tipos de interés (tipo medio para depósitos a más de 24 meses se situa en el 2,6%), muy por sobre el precio oficial del dinero.
Sin embargo, la barrera que se ha detectado es la penalización que la mayoría de las entidades aplica por la cancelación anticipada (entre el 1,5% y 2,5%).
Sin embargo, la nueva tendencia se ha basado en los tipos de interés variables y los referenciados a los indices bursátiles. Muchos dependen del comportamiento del Euribor, otros a las variaciones de divisas extranjeras, y la mayoría a los valores de las empresas que cotizan en el Ibex-35.
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