Lo que Grecia y Portugal han solicitado, es un rescate, lo que a nosotros nos acaban de aprobar desde Bruselas es un rescate bancario. Es decir, nuestro Estado recibe los fondos, pero los destina íntegramente a recapitalizar la banca y no a sanear las cuentas del Estado propiamente en sí.
La solicitud de España se puede generalizar y agrupar con las solicitudes de los demás países rescatados, pero es interesante matizar que el destino de los fondos es distinto, y por tanto, las implicaciones de uno u otro tipo de rescates no son las mismas. Rescate y rescate bancario no son lo mismo.
Cierto es que ambos rescates presentan similitudes, tal como la misma procedencia de fondos y condiciones más ventajosas a la hora de hacer efectiva el pago de las deudas, pero existen otras grandes diferencias que son interesantes de analizar.
- En nuestro caso, parece que el mayor agujero lo presentaban los bancos en una situación en la que el Estado, también resentido por la crisis, no se veía capacitado para inyectar fondos propios. Además, de esta manera se consigue financiación a un tipo de interés más bajo. He aquí la primera premisa de nuestro rescate, está acotado a la banca.
- Al ser un rescate exclusivo para las entidades bancarias nacionalizadas, se supone que la injerencia europea en la política económica del Estado, debe ser menor, o limitarse al ámbito bancario. En este sentido, los organismos internacionales deben limitarse a supervisar la correcta aplicación de los fondos en esas entidades financieras que han necesitado de los mismos.
- La aplicación de condiciones es más suave que en un rescate propiamente al Estado, y aunque esto en la práctica puede ponerse en duda, lo cierto es que podemos todavía apelar a la diferencia de presiones que desde Europa están soportando países que han solicitado rescate como Grecia, y las que finalmente tendremos que asumir los españoles.
Rescate al Estado o Intervención
- En este caso, no son sólo los bancos los que no encuentran financiación, sino que es todo el Estado el que es incapaz de sostenerse y necesita la inyección de dinero.
- El rescate al estado implica una intervención y por ende, los que lo conceden, Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, le impondrán el cumplimiento de una serie de condiciones para que pueda acceder al mismo.
- Tras solicitarlo, el Estado debe presentar un plan en el que garantice la devolución del dinero prestado. Plan que debe incluir la totalidad de la economía del país.
- Una intervención supone perdida de soberanía respecto a la toma de decisiones políticas. No queda acotado al ámbito bancario, que aunque finalmente sí repercute en la economía general, no es de carácter tan manifiesto.
Para terminar y dejando a un lado las diferencias, conviene que no olvidemos que como cualquier dinero que se solicite y más si va al amparo del concepto rescate, trae ocultas otras implicaciones que es lógico, nos generan ciertas dudas, pues pasan porque el gobierno de España pierda parte de su potestad para guiar nuestra economía. De esta manera, las medidas que desde Bruselas se imponen al gobierno y que evidentemente, han condicionado la ayuda, ya podemos apreciarlas o no tardarán en llegar.