Mientras nuestros gobernantes se empeñan en continuar imponiendo una inútil política de austeridad, añadiendo nuevos impuestos y aumentando los recortes en sectores tan sesibles y básicos como la salud y la educación, la realidad se impone en el día a día de los ciudadanos haciendo, desgraciadamente, buena aquella frase que decía que «cualquier tiempo pasado fue mejor».
Ni uno solo de los recortes, ni una sola de las ayudas a la banca, ni un solo impuesto recaudado, ninguna de estas acciones impuestas en los tres últimos años ha contribuído a aliviar la difícil situación de los ciudadanos, a generar empleo, o al menos a encontrar la ansiada senda del crecimiento. Antes al contrario, la situación general de los ciudadanos ha empeorado de forma drástica mientras que las inyecciones de liquidez al sistema financiero tan solo han contribuído al aumento de la especulación.
Cifras para no dormir
Los datos presentados ayer por Ana González, secretaria de Política Social e Igualdad del sindicato CCOO, reflejan una situación social madrileña como para echarse a temblar. Y lo por de todo es que dentro de un año la situación a describir será todavía más grave.
Según la denuncia realizada por Comisiones Obreras, el 13,6% de los madrileños viven ya en una situación pobreza, mientras que el 18%, apróximadamente un millón de personas, está en claro riesgo de exclusión social.
Asimismo, el 58% de los hogares madrileños tiene verdaderas dificultades para llegar a fin de mes, mientras que al 36% de los hogares les resultaría imposible ahora mismo hacer frente a cualquier gasto urgente imprevisto. Respecto al número de hogares que tiene a todos sus miembros en el paro, éste se ha cuadruplicado desde el comienzo de la crisis, siendo ya el 9,2% del total.
Respecto a la cifra de parados que ya no cobran ningún tipo de prestación, ésta alcanza el dramático y alarmante porcentaje del 40%.
Reactivación de la Renta Mínima de Inserción
Los datos relativos a la Renta Mínima de Inserción también nos muestran una situación muy alarmante y que da muestras del fuerte desamparo existente en algunos sectores sociales. Mientras que la demanda y solicitud de la Renta Mínima de Inserción ha aumentado en un 33%, la concesión de esta ha disminuído en un 0,88%.
Para el sindicato denunciante la reactivación de esta Renta Mínima «debe pasar inevitablemente por un proceso de negociación que garantice la naturaleza del derecho, un incremento de la cuantía que lleva congelada desde el año 2009, la reducción de los plazos de tramitación que actualmente pueden llegar hasta los seis meses, la simplificación de los procedimientos y un impulso a las medidas de inserción social y laboral que se han visto mermadas en más de un millón de euros en este año».