El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de este pasado viernes día 19 de agosto ha decidido rebajar el IVA que grava la compraventa de viviendas del 8% al 4%, en una decisión de sentido contrario a las que había venido tomando hasta ahora en este sector.
Se esperaban las decisiones aprobadas en materia de adelanto del cobro del Impuesto de Sociedades a las grandes corporaciones y de limitación del gasto farmacéutico de las administraciones públicas, pero esta rebaja del IVA ha pillado a todos los agentes socioeconómicos por sorpresa.
El gran argumento esgrimido por el Gobierno para justificar esta rebaja radica en la eliminación, o al menos reducción, del tremendo stock de viviendas construidas vacías que siguen poblando toda la geografía española sin que parezca que haya una solución plausible en el corto-medio plazo.
Así, con esta rebaja del IVA, provisional y transitoria, como se adelantó a anunciar José Blanco, Ministro Portavoz del Gobierno al anunciarla, ya que durará sólo hasta el 31 de diciembre de este año 2011, el Gobierno intenta incentivar la compra haciendo que las personas en disposición y voluntad de comprar no esperen, como están haciendo, a una potencial bajada de precios que está perpetuando la crisis inmobiliaria.
El principal problema o incoherencia del Ejecutivo radica en que esta medida contradice a las medidas que había tomado anteriormente. Recordemos que el 1 de julio de 2010 entró en vigor la ley que incrementaba el IVA aplicable a la compraventa de viviendas del 7% al 8%, y que este mismo 1 de enero de 2011 se eliminaba la universalidad de la desgravación fiscal por compra de vivienda, limitándose para rentas inferiores a 24.000 euros anuales.
Es decir, todas las decisiones anteriores del Gobierno estaban encaminadas a enfriar la burbuja inmobiliaria, ya pinchada por sí misma, tratando de restar incentivos a la compra de vivienda en favor de otros aspectos, como el alquiler, por ejemplo, mientras que esta medida de este viernes hace exactamente lo contrario.
Las asociaciones de consumidores han recibido con escepticismo esta medida y han pedido al Ejecutivo que rebaje también el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, el impuesto que grava la compraventa de viviendas entre particulares, así como el IVA que grava otro tipo de productos y servicios de primera necesidad.
Y, por otro lado, las promotoras y constructoras también se han mostrado con cierto escepticismo, ya que consideran que sin que empiece a fluir la financiación por parte de bancos y cajas esta medida no servirá de nada.