La construcción es, tal vez, el indicador más real para saber cuando la economía marcha sobre ruedas, o de manera opuesta, cuando se encuentra cerca del “parón”.
Demanda de mano de obra, maquinas funcionado, grúas inmersas en el paisaje urbanístico, aumento del empleo y de las ventas, denominadores comunes de una situación que se aleja de este año que recién comienza.
Desaceleración en las ventas, frenos en el otorgamiento de prestamos, entidades bancarias cautelosos, estas son las palabras utilizadas para definir los comienzos de 2008, y parece que el panorama no tiene perspectivas de cambio.
Sin embargo, este fenómeno que golpea silenciosamente a España, tiene otros perdedores, más reales que los números que brindan las encuestas corporativas.
Los trabajadores de la construcción y aquellos que se relacionan con este sector sufrirán un año difícil. Instaladores eléctricos, fontaneros, trabajadores de la climatización o gas sabrán lo que es sobrellevar el descenso de oportunidades, o en el peor de los casos, el desempleo.
José María de
Para hacer frente a esta situación, Asefosam pide a las administraciones públicas otra reducción del Impuesto de Sociedades, rebaja de las cargas sociales y que se pongan «menos cortapisas» cuando se tenga que prescindir de un trabajador.