La cifra de parados cayó en marzo en 14.356 personas, lo que supone un descenso del0,6% y rompe una tendencia de cinco meses consecutivos a la baja. Sin embargo, lejos de reflejar una mejora de la situación económica supone un dato relativamente coyuntural debido al periodo de Semana Santa. En la actualidad existen 2.300.975 desempleados en España después de que durante los últimos 12 meses un total de 241.524 personas se hayan apuntado a las listas del paro.
Por sectores, el desempleo bajó en agricultura un 10,1% y en servicios un 1,5% aunque por el contrario subió n 0,4% en industria y un 3,8% en construcción. De esta forma, se confirma la crisis del sector inmobiliario, que sigue destruyendo empleo a un ritmo considerable. Lo más curioso es que crece el desempleo masculino un 0,4% en tanto que el femenino desciende un 1,3%.
En cuanto a los datos de afiliación a la Seguridad Social, el número medio alcanzó los 19.314.404 ocupados, lo que supone 62.279 más que en febrero. En tasa interanual el crecimiento alcanza el 1,34% para el conjunto del sistema, lo que supone 244.453 nuevos afiliados en los últimos doce meses.
Como no podía ser de otra forma. Hostelería ha sido el ámbito como consecuencia de la Semana Santa y ha sido capaz de generar 37.634 empleos. Por el contrario, Construcción es de nuevo el más castigado. No sólo se trata de un dato coyuntural por las festividades, sino que la desaceleración del sector sigue siendo patente y el pasado mes se perdieron 25.791 afiliados, un 1,41% respecto a febrero. Sin embargo y de forma sorprendente, la afiliación a este sector aumenta en 10.269 ocupados en el primer trimestre de 2008, un 0,57%, cifra que por otra parte queda muy lejana de los 104.995 nuevos afiliados del mismo periodo de 2007.
Que nadie se engañe con este dato de desempleo motivado por la prontitud este año de la semana santa. Resulta obvio que la economía española enfila el camino directo de la recesión económica en uno de los peores escenarios posibles: inflación, crisis, déficit de liquidez y de solvencia. Vayamos por partes, la inflación interanual de marzo subió dos décimas, hasta el 4,6%, según el dato adelantado ayer por el INE. Son siete meses seguidos de subidas que han llevado a España a su mayor espiral inflacionista desde 1994. Y no cabe echarle la culpa tan sólo al petróleo, porque la inflación subyacente, la que golpea más duro en las clases bajas, también está desbocada. Resulta obvio que sus consecuencias sobre el poder adquisitivo de las familias será drástica y fulminante. Por poner un ejemplo, la venta de coches este marzo se desplomó un 30%. Por otro lado, del gobernador del Banco de España, ha recortado hasta el 2,5% el crecimiento para este año y posiblemente no sea el último tijerazo del año. Asimismo, en un alarde de sinceridad reconoció que «la banca española es sólida pero no inmune a las turbulencias… y que la situación se puede complicar. Pues bien, esperemos que estas palabras de reconocimiento de la gravedad de la situación y otras alarmas que a diario se van encendiendo, surtan su efecto y que en breve, los cómplices de la inacción, del que aquí no pasa nada y amantes de la teoría de que los problemas se resuelven aplicando un poco de política monetaria, dejen paso a los auténticos tecnócratas que arreglen, en lo que puedan, el desaguisado de nuestra economía, adoptando de una vez por todas las medidas que tocan cuando un país se encuentra abocado en una flagrante situación de recesión económica