Durante estos 6 primeros meses del año, España ha visto incrementada la afluencia de turistas en un 7,5%, para acumular un total de casi 25 millones de visitantes, fortaleciendo la posición internacional de nuestro país como destino turístico por excelencia.
Una posición que viene determinada por la fortaleza de España en infraestructuras y nivel de los servicios ofrecidos, así como por los condicionantes climáticos, fundamentales para el desarrollo principal de la actividad turística a todos los niveles, dentro de lo que España destaca como país.
Pero no podemos olvidar por otro lado, que la situación de los países en el Norte de África, con las revueltas sociales sumándose unas a otras sin solución de continuidad, ha derivado turistas a nuestro país, turistas que buscan tranquilidad y huyen de las posibles dificultades políticas.
Y es que España ha venido sufriendo la dura competencia de estos destinos que también ofrecían sol y playa pero a precios más económicos que los españoles. Una competencia que ahora se ha visto limitada como consecuencia de la situación política.
Por otro lado, este incremento de turistas y la fortaleza mostrada por el sector en un momento de debilidad económica generalizada, ha hecho renacer la idea de convertir a España en la Florida de Europa, ofreciendo a los turistas europeos la calidez del clima español, acompañada de los servicios de un país desarrollado.
En este mismo sentido, el turismo residencial y de golf ha retomado sus reivindicaciones para con las administraciones públicas, tratando de obtener el apoyo necesario para desarrollar aún más su actividad y conseguir hacer crecer el sector hasta niveles destacados a nivel mundial.