Si algo nos ha enseñado la crisis económica es a desconfiar de la banca hasta el punto en que muchas personas han optado por hacer de la liquidez su bandera y han optado por sacar buena parte de su dinero del banco para guardarlo en su casa o, como se dice comúnmente, bajo el colchón. Detrás de estos movimientos subyace la idea de un posible corralito financiero que ya surge de forma cíclica en nuestra economía o de que, peor todavía, el banco puede quebrar.
Sin embargo, antes de guardar el dinero en la «Caja de Ahorros mi Colchón» como predican en un divertido vídeo de una marca de colchones conviene preguntarse si es una buenas idea. Desde un punto de vista estrictamente financiero hay dos cuestiones que tendremos que valorar. La primera tiene que ver con la seguridad y la segunda con la pérdida de valor del dinero.
Lo relativo a la seguridad del dinero se puede solventar con una sola pregunta: ¿Es más probable que quiebre el banco o que atraquen nuestra casa? La respuesta parece inclinarse del lado de mantener el dinero en el banco por razones obvias, empezando por los 100.000 euros por entidad y ahorrador que cubre el FGD o Fondo de Garantía de Depósitos. No hay que perder de vista que en el primer trimestre del año se cometieron un total de 33.782 robos en casas, un 61% más que en el mismo trimester del año anterior.
En el caso de la pérdida de valor del dinero hay que recordar que nuestro dinero vale cada año sólo por el hecho de que pasa el tiempo y la inflación sube. El IPC marca el umbral del rendimiento mínimo que debemos sacar a nuestro capital si no queremos que nuestro dinero valga menos. Tener el dinero en una cuenta corriente no nos reportará mucho dinero, y más si no es una cuenta remunerada, pero será mejor que nada. Eso sí, hay que buscar alternativas que eliminen cualquier comisión, especialmente las de mantenimiento, y a ser posible tratar de sacar partido a nuestro capital a través de inversiones como los depósitos, por poner un ejemplo.
A estas dos cuestiones hay que añadir una adicional que tiene que ver con Hacienda. Y es que la Agencia Tributaria puede llegar a reclamar parte del dinero que hemos ido guardando en casa si no somos capaces de acreditar el origen de ese capital, según explica Alejandro del Campo Zafra. Evidentemente, esta regla se aplica a grandes sumas de dinero, pero conviene no perder de vista es posibilidad, ya que en el peor de los casos la AEAT puede considerar que se trata de una ganancia patrimonial no justificada que lleva aparejada una tributación de hasta el 52% en el IRPF.
Y pese a todo, no es una mala idea guardar parte de nuestro capital en casa para emergencias o para hacer frente a cualquier eventualidad. La cantidad concreta dependerá, en primer lugar, de los flujos de capital que manejemos y de nuestras necesidades concretas. Lo recomendable sería que, en la medida de lo posible, guardemos el dinero de por lo menos un mes de gastos.
Y vosotros ¿Guardaríais el dinero debajo del colchón?