Las controlantes de Porsche y Volkswagen habrían llegado a un acuerdo para realizar una fusión, pero existe un detalle no menor, las familias controlantes no se llevan muy bien que digamos.
Esta fusión debería ayudar a Porsche, el fabricante alemán de coches de lujos, a salir del endeudamiento en que se sumergió al pedir préstamos que destinó a la compra de una participación de control en su competidor más grande.
Uno de los ejemplos más claros de lo mal que se llevan se dio cuando Porsche rechazó la oferta realizada por Volkswagen para adquirir la mitad de la firma de coches de lujo, ya que sostenía que la propuesta fue dirigida al presidente en lugar del Consejo. Una excusa, ¿no?
Por otro lado, Porsche está en tratativas con Qatar para llegar a un acuerdo por la deuda que afronta, por la suma de unos 9.000 millones de euros. Estas tratativas podrían llegar a buen puerto si Qatar adquiere una participación en la propia Porsche, como también opciones de un 20% de las acciones de Volkswagen. Claro que Piëch, al ser accionista mayoritario de Porsche, debería estar de acuerdo con esta transacción.
Volkswagen, tendría disponibilidad para ayudar, pero querría imponer sus condiciones. Actualmente Volkswagen cuenta con unos 8.000 millones de euros en «cash». La propia VW está dispuesta a adquirir las operaciones de Porsche y llegar a sumarla a sus diez marcas.
Por lo que se ve en esta lucha familiar, de intereses, egos y económica, Porsche no sede en su posición, pero Volkswagen lleva las de ganar.