Como ya ocurrió una vez con Microsoft, ahora le ha tocado el turno a Google. Los gigantes tecnológicos no tienen límites de crecimiento, siempre y cuando no se les interponga el Estado.
Google es sometida a tres investigaciones por parte del gobierno de Barack Obama, dicha investigación tiene en la mira las posibles implicancias que podrían tener sus acciones sobre la competencia.
Una de las investigaciones intenta aclarar si el buscador ha firmado un pacto global para digitalizar y vender bibliotecas enteras como parte de un acuerdo entre Google, el Gremio de Actores y la Asociación de Editores Americanos.
Google accedió a pagar 125 millones de dólares (96 millones de euros) para crear un registro de derechos de libros, donde los autores y editores pueden registrar trabajos y recibir compensaciones por las inscripciones institucionales o ventas de libros. El plan de Google es permitir a los lectores buscar en millones de libros online, visualizar pasajes y adquirir copias.
Pero el pacto también permitiría a Google, y sólo a esta empresa, digitalizar los también llamados trabajos huérfanos, lo que ha levantado suspicacias en grupos antimonopolio. Los trabajos huérfanos son libros u otros materiales que aún están protegidos por las leyes de derechos de autor de EEUU, pero no está claro quién es propietario de dichos derechos.
Otro tema bajo la lupa lo tiene el Departamento de Justicia de Estados Unidos investigando si las grandes empresas tecnológicas del país, con Google, Yahoo, Microsoft y Apple a la cabeza, mantienen algún tipo de pacto en virtud por el cual no se roban trabajadores los unos a los otros, lo que elimina gran parte de la capacidad negociadora del empleado y limita la competencia.
Los contratos de no competencia con los empleados son completamente legales, pero los expertos dicen que un acuerdo similar entre dos o más compañías podría constituir una violación a las leyes federales antimonopolio. Estas y otras compañías recibieron una carta en la que se les informa oficialmente de que el Departamento inició una investigación formal al respecto.
Finalmente la Comisión Federal de Comunicationes (CFC) investiga por qué Google y Apple comparten dos directores, pues ambos ofrecen buscadores y sistemas operativos telefónicos.
Según el «Acta Clayton» del año 1914, se prohíbe la presencia de una persona en las juntas de dos empresas consideradas rivales, para evitar una reducción en los niveles de competencia entre ambas. Obviamente, Apple y Google compiten en muchos campos, desde los navegadores con Chrome y Safari hasta la telefonía móvil con Android de un lado, y el sistema operativo iPhone del otro.
Pero la ley ha dejado en claro que estos ejecutivos, en los dos cargos, no pueden estar. Por lo tanto se espera que ambos dejen alguno de sus cargos.