Tras estar cansados de oír por todos los medios que los ejemplos de Rusia y Argentina son la prueba de que una moratoria de pagos griega podría estimular el crecimiento de la frágil economía helena; debemos avisarles que están completamente errados.
Actualmente, el país se encontraba al borde de un posible default o cese de pagos si el Gobierno no aprobaba el plan de austeridad. Plan que incluye desde ventas de activos hasta recortes presupuestarios por un valor de 111,000 millones de dólares como parte del paquete de rescate multimillonario que la eurozona le otorgara el año pasado.
Sumado a esto, se agrega un sinfín de protestas sindicales contra estas impopulares medidas. Lo cual es lógico, y es ahí donde surgen y sugieren algunos analistas que existe un enfoque contrario, que incurrir en impago podría no ser tan malo para Grecia. Ahí es cuando dan a luz los casos de Rusia y Argentina, economías que incumplieron sus obligaciones crediticias y se vieron en apuros por un periodo breve de tiempo para después emerger inesperadamente bien.
Aunque parece que estamos diciendo que «no pagar está bien» difícilmente sea la medida a tomar en base a las razones correctas.
Volviendo 10 años atrás, en el 2001, Argentina dejó de pagar 81,800 millones de dólares de la deuda después de que su sistema bancario se viera inmerso en una crisis de meses. Año en el cual su PIB cayó 10.9% ese año. Su economía se recuperó, creciendo a una tasa superior al 8% anual desde 2003.
El punto es que, a la economía argentina le ha ido extremadamente bien tras su default y complicado es pensar que alguien en Grecia se negaría a un default inmediato si creyera que la economía seguiría la misma ruta que ha seguido la economía argentina en los últimos 9 años.
Pero el tema es que Grecia no se ve posibilitado de imitar el camino a la recuperación que llevó a cabo Argentina. Por ejemplo, Argentina tiene algo que Grecia no: sus exportaciones agrícolas. Esto se debe a que el motor económico de Grecia depende en gran parte de los servicios, mientras que Argentina pudo salir de su crisis gracias a la venta de sus productos agrícolas en el extranjero.
Grecia, en cambio, más allá del turismo y los servicios de transporte marítimo, exporta muy pocos productos. Por lo que, incluso si incurre en cese de pagos, abandona el euro y devalúa su propia moneda, se encontraría muy dificultada para salir del bache económico mediante la exportación.
Pero veamos más atrás, mirando a Rusia que incurrió en el impago en 1998 y su economía ha mejorado. Su economía se recupera asistida también por los altos precios de las commodities, en especial del petróleo.
Lo que deben tener en mente es que cada economía es diferente. Así como el FMI se dedicaba a vender paquetes enlatados de medidas como las que aplicarán en Grecia, el país no debe aceptar medidas predeterminadas, sino construir su propio camino de salida.
Sin embargo, aquí no está en juego solamente Grecia, sino que el impago griego significaría mucho para el resto de Europa y para el mundo en su conjunto. No sólo podría traer consecuencias negativas para la propia Grecia, sino que hay una posibilidad real de que los mercados piensen que otros países europeos caigan en impago, como España, Portugal e Italia.
Imagen: Financialred