Se avecinan las campanadas más esperadas del año y es tiempo de pertrecharse de boli y libreta para dejar volar nuestra imaginación y desplegar nuestra más férrea voluntad para componer una inmensa lista de propósitos de Año Nuevo. Eso sí, dentro de nosotros mismos sabemos que existe un alto porcentaje de ellos que se queden ahí, fosilizados en el cajón de los retos incumplidos, sin que alcancemos a comprender por qué tampoco este año ha dado lo suficiente de sí. Y la explicación de esto es bien sencilla. Pocos de nosotros llevamos a cabo un simple pero eficaz ejercicio que nos enseñaría a ser más realistas y, quién sabe, quizás más felices. ¿Cuántos de nosotros nos acordamos este año de los propósitos del año pasado? ¿Cuántos de nuestros propósitos llevan en esta lista más años de los que alcanzamos a recordar? Por eso, esta vez no te enseñaremos nada sobre los propósitos que has de marcarte, sino que te daremos un par de consejos muy útiles para que dichos propósitos te mantengan con los pies en la tierra al menos hasta mitad de año.
Primero y más importante, vuélvete más previsor. Hagas lo que hagas, tener la capacidad de planear nuestro presente con un margen de al menos tres meses vista, volverá más sana nuestra gestión del tiempo, del dinero y de las relaciones personales y familiares. Aunque en todos los ámbitos es importante mantener razonamientos de “por lo que pueda pasar”, este puede ayudarnos sobre todo en nuestro perfil de ahorro o, por lo menos, en nuestra capacidad de llegar a fin de mes. Para aquellos que van siempre justitos, lo cierto es que cualquier imprevisto de lo más banal puede hipotecar sus cuentas durante meses. Y lo peor es que las estrictas reglas que pesan sobre la morosidad pueden implicar problemas futuros de incontables dimensiones, que van desde el incremento progresivo de la posición deudora hasta el rechazo por parte de las entidades financieras ante cualquier solicitud de crédito o préstamo. En cualquier caso, más esencial aún que ser previsor es mantener la calma y mirarse alrededor en busca de soluciones. Para los casos de apuros económicos puntuales, por ejemplo, muchos ciudadanos acuden a los préstamos rápidos. Compañías como Viaconto ofrecen a sus clientes la posibilidad de obtener liquidez inmediata. Eso sí, es importante leerse bien la letra pequeña y comprender que las comisiones e intereses para préstamos rápidos son mucho más elevadas que las del resto del sector bancario.
Y nuestro último consejo, como no podía ser menos, es que confíes más en el valor del tiempo. Nos pasamos la vida contando el dinero sin darnos cuenta de que el dinero no es lo único que cuenta, y que a veces más dinero no compensa por menos tiempo para nosotros mismos. En 2019 serás menos joven, tus hijos serán menos niños y tus padres serán probablemente menos ágiles de lo que eran antes de tus últimos propósitos de año nuevo. A veces darse un capricho consiste solo en juntar todo lo bueno que te rodea y concentrarte en ello durante al menos veinticuatro horas. Y si consigues aguantar sin teléfono ni internet, te mereces una gran ovación.