Muchas veces leemos que las acciones de una aerolínea suben o bajan en función de los mensajes que recibe el mercado frente a situaciones puntuales. En los últimos años, este sector ha sido uno de los más golpeados, con compañías en quiebra, huelgas, reducción de costes, nuevas medidas de seguridad, y la amenaza constante del terrorismo.
Este combo de situaciones ha llevado a muchas empresas a fusionarse con el fin de posicionarse mejor en esta industria, con alianzas estratégicas que le posibiliten sobrevivir, en medio de una crisis fenomenal que ha repercutido en todas las industrias.
Un signo de debilidad en alguna aerolínea es suficiente para que sus acciones caigan en la bolsa, un dato negativo que se conoce en el sector también impacta directamente en sus finanzas, la especulación aflora, y eso se traslada directamente al servicio que prestan.
Años atrás, volar era un placer para quienes no tienen esa fobia, los aeropuertos eran un invitación de bienvenida, limpios, con su aroma particular y su oferta de productos sin impuestos en los «free shops». Sin embargo todo cambió.
Los atentados terroristas de 2001 transformaron a los viajes en avión en un tortuoso trámite digno de una visita a una prisión. Debemos llegar con 3 horas de antelación a la terminal, nos hacen pasar por controles traumáticos y a veces pocos dignos, debemos rellenar formularios, y muchas veces debemos dejar en tierra artículos que traemos en nuestro equipaje por parecer «sospechosos».
Pero los problemas no acaban al tomar aire, y dejar atrás estas situaciones, muchas veces, lo que termina enfadando a un pasajero no son todos estos pasos obligatorios y rutinarios, sino la impuntualidad de los vuelos. Y esta situación, es la que los clientes evalúan.
La puntualidad de un vuelo es mejor precio de una aerolínea para un pasajero. El valor de confiar en esa compañía lo otorga el saber con precisión a que hora parte, y cuando arriba a destino, es decir «on time» significa el precio de las acciones.
Lamentablemente estamos acostumbrándonos a la impuntualidad, y una de las compañias más importantes se encuentra dentro del ranking de las aerolíneas menos puntuales de Europa, Iberia.
En los últimos años el servicio ha decaído, y 2009 ha dejado números preocupantes, ya que su tasa de puntualidad fue del 67,96%, entre las peores de Europa, en la posición 41 de 46 aerolíneas del continente.
Según un informe de la consultora FligthStats, de los 185.389 vuelos operados por Iberia:
- el 17,16% aterrizó en su destino con un retraso de entre 15 y 29 minutos
- el 6,78% lo hizo muy tarde (entre 30 y 44 minutos)
- el 7,77% tuvo un retraso «excesivo» de 45 minutos o más
Sin embargo, su tasa de cancelaciones dejó bien parada a la empresa con un 0,31%, en el puesto cuatro.
Por su parte, Air Nostrum (puesto 13) y Spanair (puesto 20) presentaron un 85,80% y un 82,61% respectivamente de sus conexiones en tiempo. A pesar de estas cifras, ocupan la segunda y tercera plaza con menor tasa de cancelaciones con -0,17% y 0,19% cada una.
En su parte, en el extremo opuesto se ubica Binter Canarias, encabezando la lista como la aerolínea más puntual de Europa con un 95,34%.
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