Según el indicador adelantado del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), la inflación armonizada se ha mantenido en febrero en el 4,4% (dato provisional) y de confirmarse, presume, junto con el mes anterior, la más alta desde enero de 1997, cuando comenzó a elaborarse este indicador.
Así, se trataría del primer mes en el que el IPCA, no aumenta tras cinco meses consecutivos de incremento.
Las razones que impulsan estas cifras inflacionarias se reflejan en el elevado precio que registran el crudo y algunos alimentos.
En el caso de que el IPCA de febrero coincida con la tasa general de inflación española (IPC), se trataría de la cifra más alta desde noviembre de 1995, cuando el aumento de los precios también alcanzó el 4,4%.
El encarecimiento del petróleo y los alimentos ha provocado que la tasa de inflación española de enero se haya situado en un 4,3%, la más alta desde diciembre de 1995, lo que ha situado el diferencial de la inflación española con la del resto de países de la zona euro en 1,2 puntos.
Sin embargo y para intentar calmar las aguas, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, ha admitido que el alza de la inflación en febrero «no es buena», pero ha afirmado que la mayoría de los trabajadores (aproximadamente el 80%) no perderá poder adquisitivo gracias a las cláusulas de revisión salarial.