La inversión socialmente responsable es aquella que incorpora criterios sociales y medioambientales, dentro de sus caracteres de financiación y proceso de la inversión. Mediante esta moderna forma de inversión, se les permite a los ahorradores ejercer presión para cambiar u orientar las decisiones empresariales.
Adicionalmente, a través de este tipo de inversiones se ayuda y beneficia a muchos proyectos y microempresas que no pueden obtener financiación por los métodos tradicionales. Estas pueden obtener financiación alternativa a través de fondos de microcréditos o fondos rotatorios, fórmulas de capital riesgo o de garantía recíproca, entre otras.
Actualmente, se utiliza mucho invertir con criterios de responsabilidad social a través de fondos de inversión éticos. Como el fondo verde que comentamos la semana pasada, estos permiten dirigir el ahorro a determinados valores, además de ser rentables.
Este sistema de inversión ha crecido en los últimos años con ferviente rapidez. La globalización y el cambio climático ha provocado gran preocupación en los ahorristas particulares y por ende, buscarán aportar su pequeño grano de arena, motivando a las empresas inversoras a llevar adelante procedimientos menos contaminantes y favorables para la sociedad.