2022 fue un año desastroso para el mercado financiero. Tanto el valor de las acciones como de los bonos experimentaron una caída simultánea.
No hubo prácticamente ningún activo seguro en el que refugiarse, y los efectos de esa vorágine aún se hacen sentir en la rentabilidad de los planes de pensiones que las compañías ofrecen a sus empleados.
A qué se debe esta pérdida financiera
Según los datos más recientes facilitados por expertos, al cierre de marzo, solo el 1,8% de los más de 1.200 planes disponibles lograron obtener rentabilidades positivas en el último año. El resto ha sufrido pérdidas durante este período.
Dentro del grupo de las 25 entidades más grandes, solo hay un sobreviviente: el plan de pensiones de los empleados del Grupo Deutsche Bank. Este plan se destaca de la imagen general de pérdidas al lograr una rentabilidad del 0,86%. Por otro lado, el más afectado entre los grandes es el plan de pensiones de los trabajadores de Nestlé, que registra una caída del 8,81% durante ese mismo período.
La rentabilidad del 0,86% obtenida por el plan de pensiones del Grupo Deutsche Bank contrasta con la caída promedio del 3,7% experimentada por estos productos en el último año.
Durante este período, el mercado de valores ha recuperado prácticamente todas las pérdidas, pero los bonos no han logrado hacerlo. Estas pérdidas son ligeramente mayores a las enfrentadas por los fondos de inversión hasta marzo, que registraron un retroceso del 3,15%.
Cabe destacar que son similares a las sufridas por los planes de pensiones individuales, que han sido penalizados por el Gobierno debido a la reducción de la deducción fiscal mediante aportaciones y han retrocedido un 3,86% en el mismo período.
En el sector bancario, el plan de pensiones del Grupo Deutsche Bank destaca como el más rentable. Le sigue el plan de los trabajadores de Cajastur, que ocupa la segunda posición entre los planes más grandes, aunque retrocede un 0,28%.
El plan de pensiones de empresa más grande en términos de volumen de activos bajo gestión en nuestro país continúa siendo el de los trabajadores de CaixaBank. Con una asignación del 45% en renta fija, un 30% en acciones y un 20% en inversiones alternativas (incluyendo principalmente private equity, pero también infraestructuras y bienes raíces), este producto ha experimentado una pérdida del 3,22% en el último año.
Sin embargo, en un horizonte de cinco años, se posiciona como el plan de pensiones de empresa más rentable entre los más grandes, con una rentabilidad anualizada del 4,8%. A CaixaBank le siguen en tamaño los planes de pensiones de los empleados de Endesa y Telefónica, los cuales han experimentado descensos superiores, llegando hasta el 4,5%.
En el sector de las compañías eléctricas, el plan de pensiones de Naturgy, administrado por CaixaBank, muestra una mayor resistencia a las caídas en comparación con el plan de Endesa, gestionado por Ibercaja. En el último año, el plan de Naturgy ha experimentado una disminución del 3,77%, mientras que el de Endesa ha registrado una caída del 4,33%.