La crisis está afectando a todas las empresas, pero algunas atraviesan una situación más delicada que otras. Este es el caso de Eroski, que está pagando un alto precio por algunos errores estratégicos de los últimos años. Los resultados de la compañía no pueden ser más claros. En los primeros seis meses del año la firma de distribución del Grupo Mondragón ha perdido 46,15 millones de euro y sus ingresos han decredido un 6% hasta los 3.712 millones de euros según las cuentas remitidas a la CNMV.
Pero el problema es que la crisis de Eroski tiene por un lado el componente asociado la caída de los ingresos y por otro a su elevada deuda. Como es lógico, la firma de distribución ha tenido que rebejar los precios de sus productos ante la caída del consumo (en consonancia con el resto del sector), lo que se ha traducido en una merma de sus ingresos. Sin embargo, lo que realmente está lastrando a la compañía del Grupo Mondragón es la deuda adquirida a raíz de la adquisición del 75% Caprabo en 2007 y los compromisos adquiridos en ese momento.
El problema de fondo es que Caprabo está lastrando el beneficio de Eroski, que además se comprometió a mantener la marca, como explica McCoy en Cotizalia. Ahora la distribuidora incluso se ha visto obligada a reestructurar y refinanciar parte de su deuda, lo que elevará los costes financieros que ya debe asumir la entidad.
Para empezar, Eroski ya ha congelado la distribución de beneficio y de salarios, pero posiblemente deba buscar nuevas alternativas si no consigue empezar a rentabilizar su unión con Caprabo. McCoy ve inevitable deshacerse de Caprabo, aunque desde El Blog Salmón IC plantea un plan de recapitalización de la cooperativa vía aportaciones de sus socios trabajadores.