La indemnización por incapacidad permanente es uno de los procesos que más quebraderos de cabeza produce tanto a trabajadores como a empresarios. Solicitar indemnización por incapacidad total es una tarea que puede variar en función de diversos factores implicados y que, asimismo, precisa de un tiempo de ejecución desconocido para el público general.
Qué es la indemnización por incapacidad permanente
En primer lugar, es importante tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de incapacidad permanente. Así, se conoce como tal a la situación que afecta a un trabajador que ya no puede desempeñar su tarea laboral, ya sea por enfermedad o por accidente.
No obstante, esta incapacidad está sujeta a múltiples variables. Campmany Abogados, uno de los bufetes más especializados de España en materia laboral, recuerda que «la incapacidad total no invalida para llevar a cabo otra profesión distinta», ya que «solo protege económica por no poder ejercer el trabajo habitual». Ello quiere decir que una persona afectada de la espalda puede realizar trabajos no relacionados con esa actividad.
Importe económico: quién y cuánto se abona
Una vez concedida la invalidez total (que, como recuerdan desde Campmany Abogados, es revisable), el afectado procede al cobro de la misma. En este sentido, normalmente la pensión relacionada con la invalidez total es del 55% de la base reguladora, la cual puede aumentar hasta el 75% para los mayores de 55. No obstante, varía dependiendo de su origen y de la edad o cotización del afectado.
Con respecto a quién debe abonar la cantidad fijada, no existe una respuesta única. Si el origen de la incapacidad es una enfermedad o un accidente no relacionado con el ámbito laboral, la Seguridad Social es la encargada de hacer frente al pago.
En el caso de otros supuestos, es importante tener claro que la empresa no se encarga de indemnizar a un empleado, a no ser que esta disponga de un seguro que ofrezca esa garantía. En ese sentido, la mutua es la encargada de efectuar el pago si la razón es de origen laboral, ya sea un accidente o una enfermedad relacionada con la actividad profesional.
Pese a ello, existen otros supuestos que el trabajador debe tener en cuenta. Por ejemplo, si la invalidez tiene origen en una negligencia empresarial o descuidos por parte del empresario, existe lo que se llama el recargo de prestaciones, un aumento de la indemnización de entre el 30 y el 50%. La causa de este incremento se debe a que, en términos jurídicos, se entiende que el accidente o la enfermedad se deben al incumplimiento del empresario en materia de riesgos laborales.
Cuándo se recibe la indemnización por incapacidad
Normalmente la pensión por incapacidad total es de carácter mensual. No obstante, existe la posibilidad de recibir una indemnización a tanto alzado, en un único pago, en algunas situaciones. Desde Campmany Abogados avisan de que, para que esta situación se cumpla, es preciso que «se prevea que las lesiones del trabajador no son susceptibles de mejora». Asimismo, el trabajador debe demostrar que realiza una actividad laboral ajena a su incapacidad.
En cualquier caso, existen múltiples variables que determinan la cuantía de la indemnización por incapacidad. El número de mensualidades dependen de la edad del afectado. Por ello, es importante acudir a especialistas para obtener la información adecuada, así como para cumplir los plazos establecidos por la ley.