Señores fanáticos del deporte más hermoso del mundo, al fútbol, de una vez por todas, se le empieza a caer la máscara de uno de los negocios más turbios del momento.
Desde hace un tiempo, todos aquellos que amamos a este juego, y en especial a algún equipo en particular, nos venimos preguntando de donde sale tanto dinero para pagar fortunas en fichajes y sueldos.
Hoy, el fútbol es un negocio donde se «lava» dinero sucio, donde se juega al poder trasnacional y parece acrecentarse a diario con «señores» de diversos países que trasladan las divisas de sus «negocios» particulares a la compra de clubes.
Fichajes astronómicos, inversiones millonarias, comisiones a intermediarios, contratos fabulosos, empresas inmiscuídas, televisión, especulación, todo, menos deporte, es decir poca «mente sana, cuerpo sano».
Y ahora ha saltado la primera ficha de un escándalo que no debe silenciarse, porque cuando los ciudadanos comunes nos atrasamos en algún pago u obligación impositiva, enseguida somos señalados y acusados de todo, menos de ídolos o héroes.
Según a informado el Gobierno de Zapatero al coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, los clubes de fútbol registraban hasta abril, una deuda de 607,36 millones de euros con la Agencia Tributaria.
Pero lo llamativo de la situación, es que para Hacienda, los datos tienen «carácter reservado», de acuerdo con la Ley General de Seguridad Social y la Ley de Protección de Datos.
Pero lo que a priori, parecía una de las ligas más ordenadas y un ejemplo para el fútbol internacional, tiene a seis clubes con presentaciones en concurso de acreedores, según la Agencia Tributaria, por lo que no podrá recuperar todo el dinero adeudado.
Los ciudadnos comunes, y los amantes del fútbol, nos preguntamos, ¿Por qué no podemos saber quienes incumplen las leyes, estafando al Estado?
¿Está es la famosa Liga profesional que queremos exportar?