La pregunta que se viene haciendo el sector de que si ¿la obra social de las cajas desaparece? no es nada descabellada si se toma en cuenta que en medio de la danza de fusiones de las cajas de ahorros y cajas rurales, y el posterior pasaje a bancos dejará reducida al mínimo a la obra social.
A media que el número de cajas de ahorro se va achicando la obra social, pierde la importancia relevante que presentaba hasta hace algunos años.
Actualmente se puede ver como tras algunas fusiones de cajas muchas de ellas pasan a convertirse en bancos, con el objetivo de cumplir con las exigencias de solvencia del Banco de España, parece que el precio a pagar es el dejar en un segundo lugar a la obra social y lo que ello implica en la comunidad.
Ya que los montos que hasta hace poco se le dirigían para promover actividades culturales y educativas, además de conservar el patrimonio histórico. Así como también reducir los puestos de empleo que llega a crear.
Las cajas de ahorros dirigen hasta un 50% de sus beneficios de cada año hacia la obra social, si bien durante los últimos años se ha situado en un 20% y que se ha ido achicando debido a la crisis.
La cifra dirigida en 2009, ya que es el último ejercicio de que existen datos, llego a los 1.775 millones de euros. Aunque ya el pasado 2010 dicha cifra alcanzó 1.400 millones de euros, así lo refleja la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).
Por lo que sería de esperar que la cuantía dirigida baje aún más, ya que como explican algunos expertos con los actuales Sistemas Institucionales de Protección (SIP) las cajas pasan a ser accionistas del banco, esto las deja lejos de poder cumplir con la obra social, como lo venían haciendo.
La nueva forma se da que tras repartir los correspondientes beneficios entre los inversores. Tras recibir su parte cada caja, se dirigirá un porcentaje en menor media a la obra social.
Ni siquiera así es seguro lo que recibirán ya que mucha de las cajas requieren de captar inversores para los nuevos bancos, es por ello que muchas cajas se guardan activos tóxicos para el caso, lo que hace que ante la necesidad de equilibrar sus balances cada vez sea menos lo que dirijan a la obra social con el consecuente peligro de desaparecer.
Se sabe que de ahora en mas las cajas al convertirse en bancos, se deberán de gestionar ciertamente de forma privada, al contar con inversores se les deberá de retribuir los dividendos.
Si bien las cajas señalan que no desaparecerá la obra social, si deben admitir que al salir a Bolsa, lo que dirijan a dicha obra será voluntariamente y según el tamaño con que quede cada una, tras descontar el beneficio que se dirija al capital, lo que corresponda a los inversores y una parte que se dirige al crecimiento.
Por lo que lo que deja de ingresar a la obra social, deberá encontrarse en otro lado o a través de otro recurso, se maneja la posibilidad de fundaciones como medida de subsistir.