El PIB de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha cerrado el segundo trimestre de este año 2011 con un crecimiento del 0,2%, lo que supone una décima menos que en el primer trimestre, lo que confirma el claro estancamiento de la zona.
El principal estancamiento se ha producido en la zona Euro, donde el PIB había crecido un 0,8% en el primer trimestre del año, pasando a hacerlo un 0,2% en este segundo trimestre, destacando, por encima de todos los países de esta zona el caso de Alemania que ha pasado de crecer un 1,3%, en el primer trimestre a hacerlo un 0,1% en este segundo.
Por otro lado, Estados Unidos ha reducido su crecimiento intertrimestral en medio punto porcentual, situándose en el 0,3%, mientras que si realizamos una comparación interanual el crecimiento del PIB de la OCDE fue del 1,6%, contra el 2,4% que se había registrado en el primer trimestre del año .
En definitiva, se confirman las expectativas más pesimistas y se comprueba que las economías más desarrolladas del mundo están claramente estancadas, lo cuál no hace sino preocupar a los analistas no ya tanto por el presente sino por el futuro más inmediato, el que viene determinado por las políticas económicas actuales.
Y es que todas las políticas que se están tomando están orientadas hacia la austeridad y no se está poniendo el acento en el crecimiento, lo cuál está resultando, como se está viendo, claramente contraproducente para el resultado de las economías que están penalizando el crecimiento y, por tanto, el empleo.
El Premio Nobel de economía, Paul Krugman, ya llevaba un tiempo denunciando esta posibilidad ante el exceso de celo de las autoridades públicas por la austeridad a toda costa, y parece que el tiempo y los acontecimientos le están dando la razón.