Comparte una Coca-Cola con… . La empresa Coca-Cola es la reina del marketing. Son incontable las ocasiones en las que la marca de refrescos ha conseguido sorprender a todos con una novedosa campaña de publicidad. Estas no solo se limitan a anuncios en prensa y televisión ni a una simple promoción. La última genialidad es su campaña de los nombres.
Algo tan sencillo como escribir nombres en las latas de la bebida ha demostrado resultar de lo más llamativo entre los consumidores. Para muchos, esta campaña está resultando positiva y, por lo que los consumidores conocemos, por la cantidad de Coca-Colas que hemos comprado solo porque llevaba nuestro nombre o el de nuestro amigo o familiar, por la de latas que debe de haber sin abrir en estanterías y por el dinero que hemos gastando en Coca-Colas solo por hacer la gracia, las ventas deben de haber aumentado una barbaridad.
La otra cara de la campaña de los nombres
La compañía aún no ha aportado datos oficiales sobre el aumento o descenso de ventas del refresco desde que esta campaña comenzara, aunque honestamente dudo que esto sea lo único que persigue la compañía con esta campaña, sin embargo, lo que muchos pensamos que es una muy buen idea para aumentar las ventas puede que no lo sea tanto.
Las ventas de Coca-Colas en formatos individuales puede que hayan aumentado pero, ¿qué pasa con los packs? ¿Has ido recientemente a comprar Coca-Colas a un supermercado?
Recientemente leía en un blog dedicado al marketing las opiniones de un reponedor de las estanterías de un supermercado madrileño sobre esta campaña y pensé, ¿qué mejor manera de medir el efecto que tiene sobre los consumidores una campaña que preguntar a una persona que día tras día es fiel testigo de las reacciones de estos?
Las ventas en supermercados pueden estarse viendo muy resentidas debido a la campaña de los nombres. Es difícil decir que vas al supermercado a comprar Coca-Colas para tus amigos y que no te diga alguien: «¡Busca mi nombre, por favor!» o «mira a ver si ves el nombre de mi madre, que no lo he encontrado aún». Como resultado, lo que se encuentran son estanterías llenas de latas sueltas, de packs deshechos y una sensación, tal y como afirmaba este reponedor, de caos que podría estar dañando la imagen de la compañía.
Afirmaba este sabio testigo que la compra de los tradicionales packs de 12 o 24 latas es ya casi imposible debido a los desguaces que estos sufren. De esta manera, consumidores que antes acudían a a comprar un pack de 12 ahora cogen algunas latas sueltas, menos que las de antes y como consecuencias, las ventas descienden. El reponedor afirmaba que la frecuencia con la que antes reponía Coca-Colas era mucho menor a la actual.
Además, se habla de la mala imagen que causa para los consumidores no solamente el desorden en las estanterías sino también la cantidad de latas caídas que cada poco dejan los suelos manchados y pegajosos.
Lo cierto es que a este reponedor no le falta razón en lo que se refiere a lo poco que las ventas en supermercados se han tenido en cuenta en esta campaña, sin embargo, aun tendremos que esperar para saber el resultado final de esta campaña.
Muy buena Estrategia