Han pasado casi 18 meses desde que la crisis de la deuda soberana en Europa comenzó a atraer la atención mundial en los círculos financieros. Desde ese momento, la crisis se ha convertido en el mayor desafío que la Unión Europea se ha enfrentado desde la adopción del euro como su moneda única hace 12 años.
Grecia, Portugal e Irlanda están en terapia intensiva. Italia y España están mostrando síntomas preocupantes, mientras que Alemania y Francia, los sanos, están sufriendo de un malestar económico mundial.
A medida que la situación parece estar llegando a un punto, aquí hay cinco aspectos clave para mantener en vista:
El Fondo de Estabilidad no es muy estable
En julio, los líderes políticos europeos anunciaron una serie de propuestas para hacer frente a la crisis, como un segundo plan de rescate para Grecia, que se tambaleaba al borde del incumplimiento. La pieza central del acuerdo fue la propuesta de ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. El fondo fue establecido el año pasado para facilitar préstamos a bajo costo para los miembros de la UE, entre ellos Portugal e Irlanda.
Bajo los cambios propuestos, el fondo sería capaz de comprar bonos del gobierno directamente de los bancos y los inversores. Es importante destacar que, sería capaz de hacer esto para los países que aún no disponen de los préstamos de rescate, tales como España e Italia. El objetivo es contener la crisis, al limitar la volatilidad de los mercados de deuda soberana.
Asimismo, se buscaba quitarle algo de presión al Banco Central Europeo, que ha estado comprando bonos de los gobiernos como parte de un programa de emergencia. Pero muchos analistas dicen que no hay suficiente dinero en el fondo de 440.000 millones de euros para ser eficaz si Italia y España necesitan ser rescatados.
Grecia e Italia están en el filo de la navaja
Además de ampliar el fondo de estabilidad, los gobiernos de la eurozona deben aprobar por unanimidad un paquete para Grecia de 109.000 millones de euros en préstamos de bajo costo. Al mismo tiempo, Grecia se ha esforzado por poner en práctica severas medidas de austeridad destinadas a frenar el déficit presupuestario y cumplir las condiciones de sus préstamos de rescate. Mientras tanto, los inversores también han estado preocupados por Italia.
La tercera economía más grande de Europa, Italia, es considerada demasiado grande para quebrar. Mientras que la nación tiene un déficit presupuestario relativamente pequeño, Italia tiene deudas que equivale a casi el 120% de su producto interno bruto.
Los bancos están bajo una fuerte presión
Los inversores tienen miedo de los grandes bancos europeos, que tienen miles de millones de euros en deudas soberanas y pueden verse obligados a tomar las amortizaciones dolorosas si los gobiernos no pueden pagar sus deudas.
Société Générale ( SCGLF ), uno de los más antiguos bancos de Francia, ha estado a la vanguardia de las mentes de los inversores preocupados. El precio de las acciones de la compañía ha caído a su nivel más bajo desde principios de 2009, cuando la crisis financiera estaba en su apogeo.
Si bien ha habido algunos signos indirectos de que los bancos europeos están teniendo problemas para obtener préstamos a corto plazo en dólares, los indicadores tradicionales de la tensión en el sistema bancario aún no están parpadeando en rojo.
La economía se encuentra en los vertederos
En el segundo trimestre, la actividad económica general entre las 17 naciones que usan el euro creció sólo el 0,2% en comparación con el primer trimestre, según Eurostat.
Alemania, motor económico de la región, reportó un aumento insignificante del 0,1% en el segundo trimestre, en comparación con un más sólido 1,3% en el primer trimestre. La economía alemana depende en gran medida las exportaciones y se ha beneficiado de un rápido crecimiento de países emergentes como China.
Los economistas dicen que los miembros más débiles de la eurozona no serán capaz de pagar sus deudas y vivir sin planes de rescate hasta que la actividad económica vuelve a lo grande.
El destino de la zona euro está en riesgo
La crisis ha sacado a la luz problemas sobre los que será necesario un cambio fundamental en la forma en la Unión Europea funciona. Las naciones la zona euro han disfrutado de los beneficios de una moneda común y una política monetaria uniforme desde alrededor de 1999. Sin embargo, aparte de ciertas metas presupuestarias no ejecutadas, el grupo nunca ha tenido un enfoque común para la política fiscal.
La falta de coordinación ha dado como resultado una situación en la que los miembros más fuertes de la Unión están obligados a ayudar a los miembros menos competitivos que han pasado más allá de sus posibilidades.
Los líderes europeos han dicho en repetidas ocasiones que van a hacer lo que sea necesario para preservar el euro, con el argumento de que una mayor integración económica es la clave para hacerlo.
La meta será promover una mayor convergencia entre las políticas de los principales miembros de la UE, como Francia y Alemania, con los de las naciones que tienen más problemas en la periferia de la Unión.
Asimismo, los inversionistas han estado pidiendo la creación de un Eurobono, que sería respaldado por todos los 17 países zona euro. La emisión en forma común de la deuda, podría reducir los costos de endeudamiento para los miembros más débiles de la unión. Sin embargo, resultaría en tarifas más altas para las naciones más solventes que se oponen a la idea.
Pues bien, ¿cuál es la salida a la crisis? No lo sabemos ahora, pero lo que sí podemos asegurar es que buscan emparchar los agujeros en vez de planear a largo plazo…