Estar al frente de una empresa no es una tarea sencilla. Los altos cargos de cualquier negocio deben reunir una serie de cualidades y factores que son los que verdaderamente marcan la diferencia entre los casos de éxito y los fracasos más rotundos.
Los negocios tienen que tomar decisiones con rapidez y precisión para poder seguir adelante, y actualmente vivimos en situación de total incertidumbre. Por eso mismo, entre tanto misterio y no saber qué hacer, es fundamental que el timón lo lleven personas capaces, cualificadas y con aptitudes. Personas que reúnan las 5 cualidades que debe cumplir un buen directivo.
¿Y cuáles son esas cualidades? A continuación vamos a repasar las más importantes. Por supuesto hay más, pero las que resaltamos en este artículo son las marcan la diferencia, y de lejos. Si vas a estar al frente de una empresa, procura cumplir con todos estos aspectos.
Formación adecuada
Es obvio que para poder estar al frente de un negocio resulta imprescindible contar con la formación adecuada. No todo el mundo puede mantener un cargo de este tipo, puesto que no todo el mundo cuenta ni con las aptitudes ni con la preparación que se necesita.
En este sentido, es imprescindible haber cursado los estudios adecuados, además de conocer a la perfección tanto el sector como a la competencia y al propio negocio. Por lo que contar con un Máster en Dirección Financiera se antoja especialmente necesario.
Opciones como la que brinda la Escuela de Negocios y Dirección – ENyD son muy interesantes, puesto que ayudan a entender cómo se debe gestionar una empresa y cómo pueden ser las situaciones del día a día.
El reparto de autoridad
Ciertamente, la labor del directivo está repleta de responsabilidad y mucha exigencia, y es precisamente por eso por lo que hay que aprender a repartir tareas y a delegar en otros. Siempre hay que contar con colaboradores y trabajadores motivados y con nuevas ideas, a mayor variedad de enfoques, siempre habrá más y mejores opciones para avanzar.
Así, ceder poder de decisión en determinadas circunstancias, confiar en el equipo y darle la libertad necesaria, es fundamental para llevar a cabo nuevos planes y nuevas iniciativas. Nunca debes cargarlo todo única y estrictamente sobre tus hombros. Una empresa está formada por un grupo de personas. No lo olvides.
Marcar objetivos claros y asumibles
Pongamos que hay una meta clara para tu negocio: alcanzar el éxito. Para llegar a la cumbre no se puede avanzar dando palos de ciego y cubriendo necesidades aquí y allá, hay que marcar un camino, y este debe estar repleto de pequeños objetivos o hitos a alcanzar.
El buen directivo sabe que debe marcar metas que sean totalmente claras y alcanzables. Puede que a veces sea más o menos complicado, pero esa es la única forma de avanzar realmente y llevar a la empresa al éxito. Todo lo demás es perder el tiempo.
Recompensar al equipo
Como hemos mencionado antes, una empresa jamás estará constituida por una sola persona. Detrás de ella hay todo un equipo de profesionales dándolo todo para alcanzar las metas que se han establecido.
Por esa misma razón resulta importantísimo recompensar a todas esas personas que hacen posible alcanzar cada objetivo. Las recompensas son un buen aliciente para la mejora de la productividad, sea a través de elogios, a través de bonificaciones, de descansos o de momentos de relax. Trabajas con personas, no con máquinas.
Predisposición ante los cambios
Todo fluye, nada permanece. Esa célebre frase de Heráclito es algo que se aplica a todo lo que nos rodea, incluido el sector de tu empresa, incluida tu propia empresa. Solo tienes que ver cómo ha cambiado la tecnología en la última década, o todo lo que ha pasado este 2020, para darte cuenta.
Esto lleva a una cualidad importantísima para los directivos, saber prever los cambios y anticiparse a ellos. Cualquier posible obstáculo, cualquier posible tendencia. Detectarlo y actuar con tiempo para recibirlo todo con los brazos abiertos es esencial.
Por lo tanto, un directivo que lleve a cabo todos estos requisitos, ayudará a la empresa a crecer más todavía.