Quienes suelen viajar en avión continúan viendo, como antes de la crisis, los aeropuertos llenos de gente, y los aviones completos. Pero sabemos que para atravezar la tormenta, las aerolíneas debieron salir a vender sus asientos a precios baratos, para no tener sus aviones vacíos.
Esto como consecuencia, no solo del menor poder adquisitivo de la gente, sino por el recorte en viajes de negocios que implementaron las empresas a nivel mundial.
Ahora, con un poco de viento a favor, las aerolíneas estadounidenses ya sueñan con la reactivación de los viajes de negocios, los que desaparecieron durante gran parte de 2009, y que esto las ayude a volver a la rentabilidad.
Pero si las empresas pudieron manejarse estos meses con menos viajes, ¿volverán a gastar importantes sumas en traslados que pueden resultar innecesarios?
Históricamente, los pasajeros ejecutivos han representado la mitad de la base de clientes de las grandes aerolíneas y una parte aún mayor de los ingresos.
Para algunos analistas, si los viajes de negocios no vuelven a ser lo que eran, las líneas aéreas no se van a recuperar.
Algunos ejemplos de empresas que ya recortaron este tipo de gastos empiezan a conocerse, como el fabricante de bolígrafos Newell Rubbermaid Inc., que en Estados Unidos redujo en 28% su presupuesto de viajes de 2009 y planea no realizar cambios en 2010. La empresa también ofrece dinero en efectivo a los empleados que vuelan en clase económica en lugar de en clase ejecutiva.
Además, Newell Rubbermaid anima a muchos empleados a que dejen de viajar en avión y usen servicios de videoconferencia.
Si bien el tráfico repuntó respecto de junio de 2009 cuando llegó a su piso, United Airlines, de UAL Corp., afirma que su tráfico subió 2,4% en enero, después de que los ingresos en términos de milla por asiento disponible (un indicador del poder de precios) subieron 10,5% frente a un año antes, ayudados por un avance estimado de 10% en los ingresos de clientes corporativos.
Los precios de los pasajes han estado repuntando desde mediados del año pasado, especialmente en los asientos más baratos, donde se ubican normalmente los viajeros de placer.
Para Continental Airlines Inc. están aún muy lejos de recuperarse, la mejora en la economía aún no repercute en este rubro.
La empresa de sopas enlatadas Campbell Soup Co., de Nueva Jersey, comenzó a reducir sus viajes por octubre de 2008. Ya no sigue reduciéndolos, pero tampoco ha vuelto a los niveles de antes.
Por otro lado, cuando los viajeros de negocios se embarcan en aviones, gastan menos que antes. Las tarifas de pasajes en clase ejecutiva para vuelos dentro de EE.UU. cayeron 5% en diciembre frente a hace un año. Los asientos en clase de negocios representaron sólo el 42% de los pasajes vendidos en vuelos internacionales en el cuarto trimestre, un alza frente al 36% entre abril y junio, pero inferior al 50% registrado antes de la recesión.
Las aerolíneas tienen un nuevo rival, y son las comunicaciones virtuales, donde algunas compañías está invirtiendo en tecnología para este tipo de encuentros en Internet, lo que posiblemente prolongue la debilidad en los viajes corporativos.
Parsons, una compañía de ingeniería con más de US$3.400 millones en ventas al año y muchos empleados que son viajeros frecuentes, planea gastar US$1.400 millones este año para mejorar sus equipos de teleconferencia.
Por su parte, Food Group, una agencia neoyorquina de publicidad con 50 empleados, utiliza cada vez más el servicio WebEx de Cisco Systems para mantener seminarios en la Web o webinars con empleados y clientes. Paga unos US$20.000 al año para usar el servicio, que permite a los participantes hablar, verse unos a otros y compartir documentos en sus computadoras. Desde 2007, Food Group ha reducido a la mitad su presupuesto anual de viajes a US$125.000.
Veremos en unos meses si la crisis además de reorganizar el sistema bancario y financiero, ha cambiado la forma de comunicarse y concretar negocios, lo que implicaría un menor tráfico internacional de ejecutivos.