Dos noticias han marcado la jornada de Repsol YPF. Una buena, y otra que no le sienta bien a la compañía.
Entre las más favorables, la petrolera ha anunciado que aumentará la inversión prevista en el Valle de Escombreras (Cartagena) en más de un 50%, hasta alcanzar los 3.262 millones de euros.
De esta manera podrá duplicar su capacidad de destilación en la región, que pasará a producir 11 millones de toneladas anuales, unos 220.000 barriles al día, con lo que se situará a los niveles de Cepsa en Algeciras o Petronor en Bilbao.
Para el director general de Downstream de Repsol, Pedro Fernández Frial, esta operación es «la mayor inversión industrial realizada nunca en España».
Fuerte inversión
Según Repsol YPF, la inversión inicial prevista era de 2.100 millones de euros, aunque la suba de los precios ha encarecimiento del proyecto. Sin embargo todo seguirá los caminos previstos y la refinería de Cartagena se convertirá en una de las más modernas, con mayor capacidad de conversión del mundo, y maximizará la producción de combustibles limpios para el transporte.
Pero la moneda tiene otra cara, y no es la mejor para acompañar las buenas nuevas difundidas con bombos y platillos desde España.
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