El escenario para los ahorradores conservadores se ha vuelto poco halagüeño. Los tipos de interés cerca de cero y las perspectivas de que continúen en este nivel durante un tiempo muy largo, la escasa remuneración que pueden ofrecer los depósitos y la poca rentabilidad que ofrecen los bonos comparada con los últimos años convierte la renta variable en uno de los activos más interesantes para obtener un rendimiento de la inversión.
La asunción de mayor riesgo en las carteras puede representar una barrera al principio, pero una elección correcta de los valores bursátiles donde invertir puede significar la diferencia entre obtener rentabilidad a largo plazo o no. El escenario actual, con la caída del precio del petróleo, el sobresalto sobre lo que ocurrirá en Grecia una vez que Syriza ha anunciado sus primeras medidas ‘antiausteridad’ y el conflicto latente de Ucrania parecen no invitar al optimismo.
Pero el impulso que puede suponer el plan de expansión monetaria del Banco Central Europeo, con la compra de deuda soberana por valor de 50.000 millones de euros mensuales a partir de marzo, con las implicaciones que tendrá en la depreciación del euro y el impacto en las empresas europeas, indican, precisamente, que hay una oportunidad para invertir en bolsa.
En este sentido, España es una de las economías que más crecimiento está consiguiendo de toda la zona del euro, con una previsión de incremento del PIB del 2% e incluso más, y con unas perspectivas de que el Ibex pueda situarse en los 12.000 puntos a lo largo de este año, un nivel que no alcanza desde el año 2009.
El inversor debe de tener en cuenta que todos los acontecimientos mencionados (petróleo, Grecia, Ucrania, ‘quantitative easing’ del BCE) son una mezcla de alto voltaje para las bolsas y que se pueden vivir episodios de mucha volatilidad. Pero esto no es necesariamente malo, puesto que crean más oportunidades de entrar en determinados valores a precios razonables. Lo mejor, centrarse en aquellos que presentan un perfil más defensivo, con diversificación internacional y con elevada rentabilidad por dividendo, como es el caso de Telefónica, Enagás, Endesa, BME, Ferrovial, Amadeus y Dia. Y si hay un sector que se beneficia directamente de las medidas del BCE es el financiero, con BBVA y Caixabank como las principales apuestas de la mayoría de analistas.
La compañía de telecomunicaciones española, que acaba de vender su filial británica O2 por 13.500 millones de euros, es uno de los valores favoritos del consenso del mercado, en un entorno además favorable a la consolidación del sector, tanto en Europa como en Brasil y México.
Hay algunos valores, como Repsol, Indra o Dia, que sufrieron fuertes caídas bursátiles durante el año pasado y que ahora ofrecen un potencial de recuperación de su cotización. La multinacional petrolífera española, que ha adquirido recientemente a la canadiense Talisman Energy, es considerada una de las compañías mejor posicionadas para afrontar la tendencia bajista del crudo, según los expertos.
Hay que recordar, además, que durante 2015 se espera la salida a bolsa de varias empresas, como es el caso de Aena, que en un solo día cubrió el tramo destinado para inversores minoristas de su oferta pública de venta.
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Autor: José Ruiz