El grupo holandés de recursos humanos Randstad ha recopilado un decálogo de ‘actitudes no recomendables’ a la hora de realizar una entrevista de trabajo, teniendo en cuenta las opiniones de sus expertos en recursos humanos y, especialmente, en selección.
Éstas son las cosas que no hay que hacer en una entrevista de trabajo:
– Ser negativo. Siempre tiene que primar el enfoque positivo. Deja a un lado las actitudes extremadamente críticas o derrotistas y piensa y expresa todo lo bueno que puedes aportar.
– Mostrar nerviosismo. El nerviosismo puede interpretarse como inseguridad o falta de madurez para el puesto al que aspiras. Por tanto, si eres propenso a ponerte nervioso, tienes que encontrar y poner en práctica las técnicas que mejor funcionen para controlar tu nivel de tensión.
– Criticar a anteriores empresas o compañeros. Si hablas mal de ex compañeros o de otras empresas en las que has trabajado puede ser señal de que eres una persona conflictiva o que no sabes trabajar en equipo.
– Evitar preguntas. Es recomendable contestar a todas. Por ello hay que tener preparadas respuestas para posibles preguntas tipo y estar muy atento al desarrollo de la entrevista. En ocasiones te preguntarán lo mismo varias veces planteado de diferentes formas. Ten claros tus argumentos, y en caso de que no entiendas bien el planteamiento de alguna pregunta, no dudes en comunicárselo al entrevistador.
– Interrumpir. Espera a que el entrevistador finalice de plantear la pregunta o sus argumentos. Interrumpir a tu interlocutor es señal de no saber escuchar y de excesiva impaciencia, lo que denota falta de profesionalidad.
– Hablar más de la cuenta. Tienes que ser directo, claro y conciso, evitando entrar muy al detalle en los temas que se traten, aunque seas un experto en la materia. Ten en cuenta que el entrevistador normalmente tiene previsto un tiempo de duración para la entrevista.
– Mentir. Contar aspectos sobre tu currículum, experiencia laboral, conocimientos o habilidades que no correspondan con la realidad acaba siendo contraproducente, ya que estás creando falsas expectativas.
– Utilizar palabras vulgares. Cuida tu lenguaje, ya que también denota educación y profesionalidad.
– Adaptar una mala postura. Sentarte excesivamente reclinado, estirar las piernas o estirar los brazos, colocar las manos en la nuca, etc., pueden dar mala imagen. Ten cuidado con la postura que adoptas durante la entrevista. Ensaya en casa posturas formales y adecuadas con las que te sientas cómodo.
– Masticar chicle. Aunque te sirva para aplacar los nervios o aclarar la voz, entrar a una entrevista masticando chicle o comiendo un caramelo no es aconsejable. Si tu garganta tiende a secarse por los nervios, una buena opción es beber agua poco antes de la cita o durante la misma, si te la ofrecen.