Los bolivares fuertes (pero débiles)

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¿Hasta donde un país que exporta petróleo es rico? Lo interesante es descubrir que determina esa riqueza, porque lo que podemos tener frente a nosotros es un estado «millonario» pero una población que escasamente recibe de semejante exportación.

Pero también, poco tiene que ver la potencia de esa nación que vende millones de barriles por día con la fortaleza de su moneda. ¿Hacia donde voy con estas palabras?, al caso concreto de Venezuela. 

La «República» Bolivariana de Hugo Chávez es un claro ejemplo de un país fragmentado en dos posiciones políticas irreconciliables, sin rumbo económico certero, y con un Estado que interviene en todo los aspectos de la vida del país bajo un sistema socialista que ve a Cuba como su referencia más inmediata.

Sin embargo, una de las cuestiones que más me llamó la atención en mi incursión por las tierras de la República Bolivariana es la actualidad de su moneda nacional, el Bolívar Fuerte, que desde hace casi una década controla su precio el gobierno nacional.

El valor de esta divisa es un claro ejemplo de la situación que vive Venezuela. Hace un mes, por la noche, Hugo Chávez, anunció a su pueblo y al mundo la devaluación del bolívar y ha diferencia de lo que ocurría hasta ese momento, pasó a regir dos tipos de cambio.

Sin embargo, y a pesar de que el Estado controla desde el 2003 el precio del dinero, las noticias son más preocupantes, porque Venezuela está sumergida en recesión y con índices de inflación de los más altos de América Latina.

Por lo tanto, en la actualidad existen dos tipos de cambio. Para el sector salud y alimentación existe una cotización de 2,6 bolívares/dólar y el otro “dólar petrolero” de 4,3 bolívares/dólar para otros rubros como el automotriz, comercio y telecomunicaciones.

Esta situación ha cambiado rotundamente la economía de sus habitantes, que vieron desplomarse frente a sus narices el tipo de cambio único vigente desde el 2005, de 2,15 bolívares por dólar.

Pero una de las cuestiones más interesantes es que este país también tiene otra cotización, el «mercado paralelo». El tipo cambiario no tiene techo ni piso, y varía según la economía, y quien se encuentre como intermediario en cualquier rincón de su geografía. En mi estadía allí, oscilaba entre 5,00 a 5,70 bolívares, aunque ha llegado días atrás a los 7 en los peores momentos.

Si esta situación ya no parece seria, debo decir que en cada aeropuerto se debe pagar una tasa que cambia según la cotización de la moneda, y si quieres abonar ese impuesto en dólares, el cambio oficial en las ventanillas es de 2,50 bolívares.

La delicada situación económica, los riesgos de una fuerte recesión, la inestabilidad política y el particular rumbo económico del país hacen un cóctel explosivo que se ve agravado por una moneda que no tiene un valor real, sino 4 cotizaciones diferentes, según con quien se acuerde cambiar la divisa.

Por lo tanto, es evidente concluir que hoy, Venezuela tiene una moneda oficial, pero sin valor real.

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