Puede parecer poco razonable, pero, lo cierto es que con mayor o menor volumen de indignación según las épocas, nos hemos acostumbrado a vivir muy cercanos a la corrupción de alto nivel tanto en la esfera política como en los negocios. Tan sólo parece que nos terminan de movilizar en este sentido las grandes noticias con alto impacto mediático, o, como en este caso, cuando nos acercamos a las cifras que la corrupción económica maneja a nivel internacional año tras año; unas cifras verdaderamente lamentables (por lo elevadas)
Otro elemento agravante de este asunto es que, lejos de parecer vulnerable gracias a la visibilidad de estos manejos, año tras año la corrupción en los negocios internacionales se afianza e incluso crece, como denuncian organizaciones centradas en este asunto, con lo cual, obviamente, nos encontramos con un problema tal vez no tan tratado como otros, pero no por ello tremendamente importante.
Una muestra de esta importancia la encontramos en la cifra de miles de millones de dólares que la corrupción genera. Se considera que en los países emergentes los sobornos y la corrupción pueden superar la barrera de los 40,000 millones de dólares al año, estaríamos hablando de más del 30% de toda la ayuda oficial al desarrollo que medía el Banco Mundial en el año 2008, sin duda una cifra inaceptable.
Este es modelo de gestión corrupta de los negocios y los contratos, está acumulado año tras año costes políticos, sociales, ambientales y por supuesto económicos que los países no pueden permitirse. Las estimaciones más benévolas, hablan de que, por ejemplo, en el caso de la corrupción relacionada con los funcionarios públicos y los servicios públicos de los países (carreteras, electricidad, agua), el coste real para el país en un soborno de 1 millón de dólares se multiplica por 100, es decir, 1 millón de dólares en sobornos se traduce en 100 millones de dólares perdidos a través de inversiones incorrectas, proyectos locales eliminados, daños medioambientales etcétera.
En este cuadro de la corrupción internacional en los negocios a través de la última década, el campeón (triste campeón) sigue siendo Estados Unidos. Resulta importante ver, al menos, observar la escasez de absoluciones en los procesos abiertos, pero, a la vez, resulta inquietante el elevado número de acuerdos de aplazamiento y no ejecución de los procesos.
Éste es el ranking. de procesos y sanciones por corrupción internacional a lo largo de los últimos 12 años
Entidades como Transparency Internacional de protestantes que tratan de otorgar tratan de otorgar cada vez mayor visibilidad a esta corrupción endémica en el modelo de negocios internacionales, fundamentalmente cuando se dirige como vemos de los países Más desarrollados en dirección a los emergentes. Este es el gráfico de percepción de la corrupción según esta por la entidad el pasado año.