La crisis económica que ha desatado la pandemia, ha sido la gota que ha colmado el vaso para muchos usuarios derrochadores, que ante la adversidad han comprendido la importancia que tiene llevar a cabo el ahorro para mantener la estabilidad en nuestra economía personal.
No obstante, los expertos recomiendan que debemos ser conscientes del importante papel que tienen los ahorros en nuestra economía desde la infancia, ya que de adultos se convierte en un objetivo muchísimo más difícil de conseguir.
Ahorro desde la infancia
Esto se debe a diversos motivos, uno de ellos, que tendemos a ver el ahorro como un castigo que nos limita a la hora de hacer uso de nuestro dinero, cuando más bien se trata de todo lo contrario.
Por esta razón es tan necesario que los niños empiecen a ser educados sobre la importancia y el uso del ahorro en sus vidas. Esto, por desgracia, no se encuentra entre las asignaturas a enseñar dentro de las aulas, por lo menos no hasta que el niño ya entra en la adolescencia y pasa a la ESO.
Así, la responsabilidad sobre la enseñanza del ahorro recae en los padres o los tutores legales de este. A priori, puede parecernos una misión verdaderamente complicada, y es que no solemos concebir una manera en la que ahorrar pueda ser un tema interesante del que hablar con nuestros pequeños.
Aún así, no todo es tan complicado como parece. Es perfectamente viable educar a los más pequeños en el ahorro. Una de las primeras cosas que resultan necesarias para poder hacerlo, es crear el hábito de ahorrar, como si de un juego se tratase. Es decir, podemos animar al niño a que meta en su hucha una cierta cantidad de dinero, pueden ser incluso céntimos, logrando obtener una recompensa al final del mes de la semana o del tiempo establecido.
Los expertos afirman que, hoy en día, el consumo de bienes y servicios es cada vez más intenso, por lo que se recomienda enseñarles a los más pequeños de una forma básica, pero didáctica, a ahorrar. Se debe tener en cuenta la edad del menor y sobre ello, buscar un modelo de enseñanza que lo motive y divierta, pero a la vez que lo incite a aprender.
De hecho, si disponemos en casa de algún juego de mesa en el que la economía se vea especialmente representada, por medio de la compra de objetos o inmuebles, podemos jugar con ellos mientras les explicamos cómo pueden trasladar esas acciones a la vida real, una vez que sean adultos.
Como bien sabemos, los niños son como esponjas, imitan de sus padres o de los adultos de su alrededor todo lo que ven, para bien y para mal. Podemos usar esto en nuestro favor, mostrando a los niños cómo llevamos a cabo el ahorro día a día, para que vean que se trata de una acción necesaria en la economía personal, y que no es ningún castigo que el adulto deba asumir.
Ante todo, es crucial no transmitir sensación de castigo o aburrimiento al hecho de ahorrar, ya que si lo toman de una manera negativa, no van a querer llevarlo a cabo.