El Gobierno de Rajoy por fin se pone los pantalones largos en cuestión de las preferentes, ya que entre las novedades está el de exigir para la compra de este tipo de productos una inversión de 100.000 euros como piso a todos aquellos inversores que deseen adquirir preferentes.
Se aplicará una serie de fuertes restricciones para poder comprar y vender preferentes a inversores particulares, con la novedad de que estos deberán sí dar su consentimiento con su firma, además de la exigencia en el monto mínimo de los 100.000€. Con esto ya no deberían tejerse telarañas en las que queden atrapados.
Todas estas novedades las contendrá el Real Decreto que empujará a las entidades financieras a no hacer trampas o omitir información imprescindible para con sus clientes. Este real decreto establecerá las nuevas normas para comercializar este tipo de productos definidos como complejos de naturaleza híbrida las participaciones preferentes.
También se encargará de regular la Sociedad de Gestión de Activos los banco malo, además de incluir una serie de cambios en cuanto al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ya que esté desde ahora tendrá poderes de supervisión más amplios.
Esto da esperanzas al colectivo de atrapados en las preferentes, ya que al ser definido como un producto complejo, a las entidades no les importó ni el mínimo conocimiento si sus clientes tenían o no algún conocimiento sobre estos y hasta omitieron información que luego los dejó atrapados. Según los datos desde hace 1 año que la banca registraba un saldo por 22.500 millones en preferentes.
Algo que suelen esconder las entidades es que se trata de productos financieros perpetuos, por lo que no tienen vencimiento, y otra de las contras que tiene es que su retribución dependerá de que su banco por ejemplo pase por beneficios por lo que entre el no vencimiento y la casi no retibución uno se pregunta para qué contratarlo.
Serían más de 1 millón de clientes los atrapados con sus ahorros en las preferentes. Un gran problema parte de la publicidad engañosa ya que deberían publicitarse y venderse como productos solo para inversores altamente expertos y no a simples y pequeños inversores.
Cómo es la nueva norma de las preferentes:
La nueva norma obliga a que las entidades que comercialicen participaciones preferentes en sucursales deben dirigir un 50% de dicha emisión a los inversores institucionales, entre ellos fondos de inversión, debiendo imponerles similares condiciones que a los inversores particulares, será algo igualitario.
Si una entidad no estuviera cotizando en Bolsa, en ese caso deberán el comprador tener una inversión de 100.000€. Por lo que se achica la posibilidad de que se les ofrezca a todos.
Además los bancos deberán contar con un registro de productos complejos esto hará que el inversor tenga conocimiento de este tipo de productos y saber a que se atienen al invertir en ellos. En caso que deseen contratar alguno de estos, el inversor deberá escribir algo así como que aunque el producto lo contrate no es el que mas se adapta a él.
Como uno dice echa la ley echa la trampa por lo que se deberáver cual será la nueva que surgirá de parte de las entidades ya que con esto pierden dinero aunque ganen en credibilidad…..Además de ser una solución a fururos clientes no lo es para los actuales atrapados.
¿Y los atrapados qué?
Debería ser una solución para los inversores pero……..sí es un pero grande ya que actualmente las entidades financieras entran en los canjes de preferentes por acciones o algún otro tipo de productos, preferiblemente los depósitos, que en este caso algunos lograrían recuperar sus ahorros al poder rescatarlos.
Respecto a las entidades bajo ayudas públicas, Bankia, Novagalicia o CatalunyaCaixa, y que son de las que mas comercializaron preferentes tienen atrapados a sus clientes ya que estos según la Comisión Europea deben asumir el coste de la reestructuración de su entidad. Así y todo aunque se tenga alguna solución saldrán perdiendo en algún porcentaje. Una de las soluciones será que puedan canjear los títulos con un bono a negociar en el mercado secundario, con una rentabilidad a vencimiento.