Los ciberdelincuentes utilizan la suplantación de identidad para estafar en línea. Mensajes en redes sociales, SMS y correos electrónicos son sus herramientas principales. Sin embargo, se ha observado una tendencia creciente en el último año: la suplantación por llamadas telefónicas con ayuda de la Inteligencia Artificial, engañando a sus víctimas.
La IA nos brinda nuevas oportunidades en diversos ámbitos, pero su mal uso puede ser peligroso. Aunque los desarrolladores buscan aplicarla de manera positiva, su potencial en manos equivocadas es preocupante.
La suplantación de identidad por medio de una IA es posible
Se ha observado un incremento de estafas en EE.UU., donde las víctimas creían que la llamada provenía de un ser querido. Surge una cuestión muy interesante en todo esto, y es la de cómo las víctimas de este tipo de estafas no se dan cuenta de que están cayendo en una.
Es decir, por qué no son capaces de distinguir la voz de sus seres queridos de la de una Inteligencia Artificial. La situación radica en que la IA ha dado lugar a numerosas aplicaciones que pueden replicar la voz de una persona con precisión, capturando su tono, ritmo y otros atributos distintivos.
Inicialmente, estas aplicaciones se desarrollaron para imitar a celebridades como un pasatiempo. No obstante, los avances en IA han permitido que esta tecnología pueda recrear con perfección la voz de cualquier individuo.
La Comisión Federal de Comercio de EE.UU. reveló en 2022 que las estafas de impostores ocuparon el primer lugar en términos de frecuencia y el segundo lugar en cuanto al monto de dinero robado. Se estima que más de 5.000 personas fueron víctimas de estas estafas, resultando en un total de aproximadamente 11 millones de dólares defraudados.
Esta modalidad de estafa plantea un desafío considerable para las autoridades y los organismos de seguridad. Al tratarse de llamadas telefónicas, se pueden llevar a cabo desde cualquier ubicación mundial, lo que dificulta enormemente su rastreo, la identificación de los estafadores y, principalmente, la recuperación del dinero sustraído.
Además de eso, surge otro desafío: la cuestión de la jurisdicción. Debido a la naturaleza internacional de estas llamadas, se plantean problemas sobre qué país tiene la responsabilidad de investigar y tomar medidas. La claridad respecto a quién debería encargarse de estos casos no está del todo definida.
El debate ha evolucionado más allá de determinar quién debe investigar y capturar a los estafadores. Ahora también se cuestiona si las empresas responsables del desarrollo de esta tecnología tienen alguna responsabilidad y si deberían implementar medidas de control para garantizar que su IA no sea utilizada con fines maliciosos.
En definitiva, el uso de la Inteligencia Artificial en malas manos puede suponer una auténtica catástrofe para los usuarios. Ante esta nueva amenaza, los expertos recomiendan desconfiar de cualquier mensaje que nos pueda parecer extraño o poco frecuente. Y es que, antes de caer en cualquier engaño de este tipo, es mejor asegurarse de que quien nos manda el mensaje sea realmente la persona que nosotros pensamos.