Más allá de la crisis en España, hay pocas políticas referidas a la seguridad y salud en el trabajo porque su gran mayoría no se cumplen. Aunque el número de accidentes en el trabajo ha bajado, todavía hay que hacer hincapié en ellas y reforzarlas.
El Consejo de Ministros ha aprobado la ratificación del Convenio y asumido la Recomendación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, adoptados por la Conferencia Internacional de la OIT en junio de 2006.
El objetivo del Convenio número 187, y de la Recomendación que lo complementa, es promover la mejora continua de la seguridad y salud en el trabajo, con el fin de prevenir las lesiones, enfermedades y accidentes ocasionados en este ámbito, mediante el desarrollo de una política, un sistema y un programa nacionales.
El convenio obliga a los países que lo ratifican a adoptar medidas de carácter político y de prevención, previa consulta con las organizaciones más representativas de empresarios y trabajadores.
Partiendo de ese esquema, la Recomendación introduce los principios inspiradores y los requisitos que dichas medidas deberían cumplir, añadiendo el perfil nacional en que los países miembros resuman la situación en materia de seguridad y salud en el trabajo, y que debería servir de base para elaborar y examinar nuevamente el programa nacional.
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo, convocada en Ginebra, reconoció la magnitud a escala mundial de las lesiones, enfermedades y muertes ocasionadas por el trabajo y la necesidad de acciones para reducirlas. En ese sentido, la OIT tiene la obligación solemne de fomentar, entre las naciones del mundo, programas que permitan proteger adecuadamente la vida y la salud de los trabajadores en todas las ocupaciones.