El sector de la banca europea y en general se verá afectada por estos próximos meses por los test de estrés y el posible tratamiento sobre un nuevo impuesto a la banca con el objetivo de poder financiar el mecanismo permanente de estabilidad o conocido como Mecanismo de Estabilidad Europea (ESM).
Este posible impuesto extraordinario sería del 0,2% sobre los activos de los bancos pertenecientes a la zona euro y de fijarse en este porcentaje se podría recaudar unos 50.000 millones de euros.
De ser aprobado el nuevo impuesto a la banca, se prevé que se llegaría a recaudar 50.000 millones de euros, esto posibilitará la financiación del Mecanismo de Estabilidad Europea (ESM) el que se desarrollará para dar protección a países que se encuentran en problemas financieros.
Este nuevo mecanismo pasará a reemplazar al llamado Facilidad de Estabilidad Financiera Europea (EFSF) desde 2013.
Para aquellos que no tienen un pleno conocimiento, hay que decir que el nuevo mecanismo de estabilidad financiera (ESM) lo definen como un fondo monetario europeo, para el rescate de países que se vean afectados por sus deudas, además de tener un alto déficit.
Al entrar en vigor en 2013, los inversionistas privados deberán de asumir una parte del coste de hipotecas, reestructuraciones de deuda. Lo que generará una presión a los países para que estos refuercen sus respectivos planes de ajuste.
Sobre esta posibilidad los funcionarios de la Comisión Europea, han hecho un par de recomendaciones de cómo financiar a este nuevo mecanismo de estabilidad. Dentro de las recomendaciones se señala el implementar en el sector financiero una inyección al fondo de dichas reservas, debido a que justamente el sector es el que se beneficia.
Por lo que el sector financiero debe de contribuir para crear un mecanismo que de seguridad y con la finalidad de dar protección a las autoridades públicas para poder acudir a su rescate.
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