En medio de la polémica por Strauss-Kahn su ex director, el FMI cuenta con nuevo reglamento en el que se impone como sanción el despido a las relaciones entre empleados del organismo. Algo más propio de una agencia de espías que de un organismo de este tipo y que cuya preocupación debería ser la crisis de deuda, los planes de rescate y no si un empleado se relaciona con otro.
Este nuevo reglamento de personal del Fondo Monetario Internacional (FMI) impide las relaciones entre empleados y lo toma como una de las causas de despido o de sanción disciplinaria según la gravedad del asunto y la relación.
Con esto busca ser un mayor obstáculo ante la posibilidad de relaciones entre empleados y de demostrar una mayor rigidez en cuanto a ciertos aspectos y al parecer n le importa que tipo de imagen de al imponer castigos por el hecho de relacionarse con otros empleados.
Con este reglamento y que rige sobre todo el personal, al que no le escapan ni los altos directivos, hace que las relaciones entre supervisores y subordinados pasen a ser lo que definen como un conflicto de intereses.
Entre las posibilidades se da la de surgir un fallo a nivel comunicación y respecto a la resolución del conflicto lo que será tomado como una conducta nada profesional que implicaría una sanción disciplinaria.
Si tal relación y siguiendo ciertos aspectos que pudiera implicar un acoso, pasará a ser investigada. Llegando incluso a implicar el despido.
Viene de la mano esta modificación en el reglamento de lo sucedido en 2008, caso que implico al mismísimo acusado Strauss-Kahn y la Piroska Nagy, el castigo resultó ser de parte del FMI una amonestación sobre Strauss-Kahn que terminó reconociendo y Piroska Nagy fue derivada hacia otro empleo.