Un importante paso han dado los líderes de la zona euro cuando luego de ponerse de acuerdo y en la Cumbre de Bruselas sellaron el Pacto de Convergencia y Competitividad que principalmente era impulsado por Berlín y Ángela Merkel, la canciller alemana.
Dentro de las exigencias se pretenden más ajustes en los países como Grecia, Portugal e Irlanda, mientras que a cambio se aliviarían ciertas condiciones de los rescates de sus respectivas deudas que hacen imposible que salgan adelante sin solucionar esto.
Factor importante para lograr aprobar el Pacto de Convergencia ha sido la canciller alemana Ángela Merkel y poder tener sobre la mesa una solución para la crisis.
El nuevo documento, plantea exigencias hacia los socios de la Unión Monetaria como el que lleven fuertes reformas en lo referente a sus políticas macroeconómicas, en lo social y salarial.
Además estará atado el posible alivio en los planes de rescate que ya se han concertados en los casos de Grecia e Irlanda o del Fondo de Rescate Permanente a que se lleve a cabo un esfuerzo fiscal en los países que se muestren con diferentes problemas.
También se ha puesto a negociación los aspectos sobre el Fondo Permanente “Mecanismo Europeo de Estabilidad”, cuya función estaría centrada en otorgar dinero a tipos de interés como los del FMI y también se estudia la posibilidad de dotarlo de la facultad de poder comprar bonos dentro del mercado primario.
Además de conocer que Portugal llevará a cabo un ajuste extra, que será equivalente al 0,8% del PIB para 2011 y del 2,5% para 2102, como se pretende que se aplique.
Si finalmente se diera lo que pretenden Irlanda y Grecia, el primero desea una revisión sobre las condiciones de los préstamos, con lo que reducir el tipo de interés, y Grecia busca que se le extienda el tiempo de devolución del préstamo.
Ara que esto se de Berlín desea que Irlanda eleve su presión fiscal sobre las empresas ya que actualmente el tipo estándar se ubica en el 12,5% y para Grecia exige que venda sus activos públicos con lo que rebajar su deuda.
Dentro del Pacto de Competitividad que impulsa Merkel, uno de los que ha aceptado sus condiciones es el Presidente Zapatero que acepta la posibilidad de que los salarios se asocien a la productividad, algo que dentro del actual negociación colectiva en España genera discusiones.
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