Pérdida de subvención europea.

El presidente chipriota, Demetris Christofias, ha sido un iluminado más en el cauce de la austeridad, y con su llegada a la presidencia rotatoria de la UE, quiere dejar su huella, o mejor dicho, sus 10 huellas dactilares, en el programa de subvención europea.

Chipre llegó a la presidencia europea por primera vez en su historia el día 1 de Julio, con una marcada posición; abordar el nuevo presupuesto e y el avance hacia una unión bancaria.

  • Una Europa más eficiente y sostenible
  • Una Europa con una economía mejor, basada en el crecimiento
  • Una Europa para sus ciudadanos, más solidaria y con más cohesión social
  • Una Europa en el mundo, más próxima a sus vecinos

El periodo 2014-2020, pone en riesgo a ciertas comunidades autónomas, en concreto a Murcia, Andalucía, Galicia y Castilla-La Mancha. Recordemos que España sale beneficiada en la balanza final en la integración europea, pero de aplicarse ciertos ajustes podríamos ver como hasta puede salir negativo el saldo final.

España, tributaría netamente al cofre de la UE por escaso margen. Las regiones que no lleguen al  nivel de riqueza por habitante de entre el 75% y el 90% de la media, podrían quedar exentas. La mayor parte de los países contribuyentes netos al presupuesto de la UE, como Reino Unido o Países Bajos, pide suprimir las ayudas específicas a las regiones en transición. Pero España está lista para y podría contar a Alemania como compañera,  pues también tiene regiones en situaciones parecidas. Sin embargo los contrincantes a batir no son nada menos que José Manuel Durao Barroso; el Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; el Parlamento, Martin Schulz; y el presidente de Chipre, Demetris Christofias. Todos ellos velan y dictan que «movilizarán todos los esfuerzos necesarios» para lograr este objetivo.

Se recoge la propuesta de la Comisión de congelar en el futuro las ayudas europeas a los países con déficit excesivo que no apliquen las recomendaciones de la UE para corregir la situación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

España se benefició de 13.599 millones de euros de subvenciones de la UE, el segundo importe más alto en la UE. Las partidas son las ayudas agrícolas y medioambientales (7.092 millones) y los fondos para las CC.AA (5.428 millones). La aportación a las arcas comunitarias se cifró en 9.876 millones por parte de España.

Desde 2002 las partidas que alcanzaron su máximo, se han venido reduciendo progresivamente, hasta llegar al punto en el que no se sabrá si saldremos beneficiados. Esto puede animar a partidos de ciertas políticas a mostrarse euroescépticos. Un caso peculiar de Reino Unido podría ser UKIP, liderado por el astuto Nigel Farage.

Los mayores receptores netos de subvenciones son Polonia (10.975 millones, el 3,1% del PIB), Grecia (4.226 millones, el 2,2% del PIB) y Hungría (4.418 millones, el 4,67% del PIB).

En el extremo contrario, los principales contribuyentes netos al presupuesto de la UE son Alemania (9.002 millones, el 0,34% del PIB), Francia (6.405 millones, el 0,31%) Italia (5.933 millones, el 0,38%), Reino Unido (5.565 millones, el 0,32%) y Países Bajos (2.214 millones, el 0,36%). Estos son los países que reclaman recortes en todas las partidas de la propuesta de perspectivas financieras para 2014-2020 que ha presentado la Comisión por considerar que es demasiado alta en el actual contexto de crisis.