Establecer una hoja de ruta antes de montar un negocio es un aspecto clave para alcanzar el éxito, especialmente en sectores muy especializados como el de la vivienda. El plan de negocio inmobiliaria debe tener en cuenta muchos factores, que incluyen estrategias, marketing, relación con el público o temas legales, entre otros; y que configuran el guión perfecto para obtener la máxima optimización de los recursos y el resultado idóneo. El desarrollo de este plan es fundamental para establecer el entorno de actuación adecuado, de acuerdo a unos objetivos concretos.
El primer paso para realizar un plan de negocios en el mercado inmobiliario es la definición de las metas, tanto las previstas en un corto periodo de tiempo como aquellas definidas para un futuro más tardío. Esto se refiere a una definición de la misión emprendida y de los valores que guiarán el camino hacia ella. Incluye tanto los retos generales de la empresa, como los referidos a empleados, proveedores o clientes. Todos los actores son esenciales para redactar la estrategia adecuada. Tras la definición de las metas, hay que realizar el correspondiente análisis DAFO, que describe las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la empresa. Este campo abarca a las características propias como el mercado y a las posibilidades de la competencia; pues todos estos factores influyen directamente en el resultado. Este análisis se enmarca en la idea de conocer con todo tipo de detalles las propiedades de la empresa y el contexto que la rodea.
Rentabilidad de la inversión y búsqueda de la financiación
La redacción inicial de un programa presupuestario para una franquicia inmobiliaria es una acción necesaria, pues permite conocer las posibilidades económicas. En este apartado se tienen que incluir, en primer lugar, los gastos iniciales, que corresponden a los mínimos requeridos para poner en marcha la empresa como los relacionados con su constitución, la infraestructura, los recursos humanos o la publicidad. También se valoran los posibles costes en los que se incurriría a largo plazo. Esta información indica qué capital se necesita, tanto en el primer año como en el futuro, y permite hacer una estimación de rentabilidad: cuándo se puede recuperar la inversión con los mínimos riesgos posibles. Para ello hay que realizar una estimación de los ingresos y asumir, además, la posibilidad de buscar fuentes de financiación alternativas.
Plan de marketing y aspectos legales
El sector inmobiliario no se escapa de los frentes comunes del marketing y los aspectos legales, que también se incluyen en el plan estratégico. La publicidad de la empresa es esencial y abarca los canales de desarrollo propio, como el desarrollo de un logotipo, la página web o las redes sociales; y otros externos. En éstos se contempla la oportunidad de realizar una inversión en gasto publicitario en medios de comunicación, Internet o publicidad exterior como los ejemplos más prácticos. Por otro lado, la apertura de una oficina inmobiliaria está sujeta a unos condicionantes legales que deben estudiarse con cautela y que se incorporan a la documentación del programa de desarrollo del negocio.