Muy eficientemente hablamos ayer sobre los problemas actuales y el cambio de gobierno tras la obtenidos los resultados de las Elecciones en España 20N. En él, destacábamos que España no estaría en peligro próximo inmediato de quiebra. Sin embargo, también hicimos énfasis en que si su economía se contrae y sus bancos caen nuevamente, cada vez se acercará más a una Grecia empobrecida.
Pese a todo esto, los españoles, al menos casi su 50% está convencido de que la salida está en ajustar el cinturón, pagar las deudas y salir adelante. Lamentablemente para los lectores, y para todos los habitantes del país ibérico, les voy informando que nada de esto va a ocurrir. Bueno, cuando digo «nada», me refiero a la parte de «salir adelante».
Recientemente instalado en España el nuevo gobierno poco logró restaurar la fe en la economía del país, y así lo vimos en las subastas de deuda después de las elecciones alcanzando los índices más altos en años.
Al parecer, ya no nos preocupa tanto la tasa de paro, por encima del 20% o el desempleo juvenil que casi alcanza el 50% de los jóvenes, sino que las preocupaciones de las últimas dos semanas siguen aumentando en medio de escasa liquidez y todo se refiere al mercado de capitales.
Este aumento en el precio o rendimiento de las letras y bonos del Estado colocados durante los últimos días dan cuenta de un mayor riesgo. Alguna vez se preguntó ¿cual es el riesgo? ¿Para quién es el riesgo? ¿Quiénes soportan las consecuencias?
Vamos a ser honestos, no todas las personas salen a comprar deuda del Estado o letras, sino que son los bancos, otros gobiernos de la zona euro, financieras, empresas de gran tamaño y otros poderosos, que son los que valúan el riesgo, compran y venden sus participaciones. Entonces ¿el riesgo es para el pueblo? Pues claro que no, el riesgo es que su banco de «confianza», o su país vecino no cobre el dinero que le prestó a su país que fue usado para pagar viejas deudas.
¿Y las consecuencias? para el pueblo. Los acreedores siempre van a cobrar, al menos en gran parte y proporción, pero el desgaste del ajuste para poder pagarle, no lo hacen los emisores de deuda, lo hace las gente que trabaja, y peor aún, los que no encuentran empleo.
Sin embargo, hoy abro los sitios web de los mayores medios informativos y nada dicen del desempleo y de las formas para salir adelante, sino que ven un problema que para seguir endeudándose haya que pagar a 10 años un 6,6%. La verdad: ¡si no reducimos el paro, en breve vamos a tener que pagar 50% por endeudarnos a 2 años!
La economía española está en un proceso de recuperación muy lenta, con su tasa de desempleo superior al 20% y altos niveles de endeudamiento de los hogares.
También evaluábamos ayer el lado menos negativo, la proporción de deuda sobre el PIB es del 60%, uno de los índices más bajos de Europa, y el país es considerado solvente , con poco riesgo de impago. Volviendo al tema, el problema es no cumplir con las obligaciones, poco importa si la gente se muere de hambre, ¿no es así señor Rajoy?
Esta persona, y todos los que lo apoyan, no vamos a colocarlo como un héroe del capitalismo aislado, dicen que «No le pidamos milagros». Claro, no se lo pidamos nosotros, los trabajadores, pero de seguro que los bancos han pedido milagros, regalos, obsequios, nuevos santos, y se los han garantizado…
¿Por qué España no saldrá adelante con el ajuste?
No hay que ir mucho más lejos que a comparar los años 40 y los 90 en distintos lugares. Recordemos cómo salió adelante Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, aplicando en su sistema económico las ideas de Keynes. Impulsó el consumo, que reactivó la economía empresarial, vía mercado interno, lo que produjo excedentes y mejores salarios, que llevaron a la exportación en aumento, y una mejora en su balanza comercial, por lo que pudo saldar deudas (descontando regalías de Guerra que Alemania soporta hasta hoy en día). Ahora bien, veamos las recetas aplicadas en los años 90 en América del Sur. Si en Europa no nos acordamos porque «son Sudacas», les comento que el FMI aplicó todo su arsenal en fase de prueba en Latinoamérica, y los resultados fueron los siguientes:
- Deuda: Países con deuda superior al 100% de su PIB
- Empleo: Desempleo cercano al 50% de la Población Económicamente Activa
- Distribución del Ingreso: destrucción total de la clase trabajadora
- PIB: caída abrupta por disminución de salarios y consumo
- Salarios: flexibilidad laboral – Despidos sin causa justificados por el Estado – Reducción de pensiones y jubilaciones
¿Queremos esto?
Seguramente no, pero no lo demostramos en las urnas, porque el PP, o Partido Popular, poco tiene de popular en sus recetas, sino sectoriales… Ahora vemos que el Fondo Monetario Internacional (FMI) incrementó sus instrumentos crediticios el martes e introdujo una nueva línea de liquidez a seis meses, que tiene como objetivo ayudar a los países en riesgo por la crisis de la zona euro.
Sí, van a aplicar las mismas recetas a economías más grandes del continente como España, Italia o Francia.
¿Cuál sería la salida?
No voy a hacer como muchos economistas andan desperdigando por ahí. La realidad es que nadie tiene la solución perfecta, pero si no empezamos de abajo hacia arriba, estaremos en problemas aún peores. Si bien no conocemos la solución, que capaz no la sepamos hasta que estemos a años luz de esta crisis profunda, lo que me parece razonable es solucionar el problema interno sin que importen los intereses externos que van a limitar los movimientos del país.